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Foto del escritorMario Alegre-Barrios

Bieito Rubido: “Un mundo sin periódicos sería un mundo peor”


EN UN CAUCE definido por una defensa apasionada de los periódicos tradicionales y de sus ediciones en papel, el señor Bieito Rubido –director del diario español ABC– ofreció ayer miércoles la conferencia “Periodismo vertical en una sociedad pluralista”, en la jornada inaugural del congreso "Católicos y Vida Pública" que celebra la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Recinto de Ponce, y que hoy se clausura con una agenda que comienza a las 9:30 a.m. en el teatro Monseñor Vicente Murga.

El señor Rubido –quien se definió de entrada como "alguien que sigue a un hombre como Cristo, que vino al mundo a decirle a la gente que es posible ser bueno, ser justo y que hay que ayudar a los más humildes"– destacó que “ese es el espíritu del Dios bueno al que nosotros seguimos, que no siempre predicamos y que en el periodismo es prácticamente inexistente… Por eso tiene tanto valor que una universidad como ésta organice un congreso de estas características”.

Al sumergirse en el tema nominal de su ponencia, Rubido dijo coincidir con el periodista británico David Randall en cuanto a su rechazo a aceptar que existan diversos tipos de periodismo, con la certeza de que solo existe el periodismo bueno –el periodismo bien hecho, el periodismo anclado a valores– en contraste con el periodismo malo, y que, aunque las nuevas tecnologías pueden condicionar el ecosistema del oficio, nunca lo cambiarán en su esencia, que no es otra que “una buena historia que interesa al público, que es trascendente para la sociedad, que es cierta y que está bien contada”.

Un buen periodista solo necesita cuatro cosas: contar la verdad, tener conocimiento sobre lo que escribe, ser claro y breve y ser ameno –señaló–. A esto hay que añadir que es necesario que el medio para el que trabaje tenga principios y que defienda valores... Al ABC lo definen los valores y principios que defiende. Lo hacemos sin vergüenza y nos sentimos orgullosos de los valores que defendemos: la libertad, la tolerancia, el respeto a los demás, la unidad de nuestro país, el valor de la lengua española, la cultura de España, la vida y, muy especialmente, a la Iglesia Católica y todo lo que ello representa.

Rubido reiteró que esos valores no cambiarán con el cambio de soportes y destacó que el futuro pertenecerá a aquellos medios “que defiendan valores, que de forma honesta respeten las ideas de los demás y que sean honestos con sus audiencias, porque al final los verdaderos propietarios de los medios son sus audiencias… sin perder de vista que tenemos el mandato moral de ser rentables para ser libres”.

La prensa escrita está muy viva y los diarios tradicionales siguen mandando el guión de los grandes asuntos del Estado –comentó–. Sin embargo, debo reconocer la crisis que enfrentamos y sus tres razones fundamentales: la caída en la venta de ejemplares, la caída de anuncios y la falta de una certeza en cuanto al modelo de negocio que debe prevalecer en internet. En el origen de la crisis está la falta de solución del problema primigenio: que la información en este mundo es totalmente gratis. Con la llegada de internet, los medios comenzamos a regalar la información en un ejercicio letal de auto competencia.

Al enfatizar que “una sociedad libre y democrática no se entiende sin los diarios”, Rubido aseveró que estos han traído “pensamiento, contraste de ideas y control a los abusos de poder”.

–Podría existir un mundo sin periódicos, sin duda alguna, pero tampoco cabe duda de que un mundo sin periódicos sería un mundo peor –sentenció–. Las agendas de la televisión y de la radio siguen encontrando su fuente en los periódicos clásicos, que son los que ponen sobre la mesa los temas de calado. Las grandes noticias se siguen publicando en los periódicos. Los periódicos no han muerto. Al principio de este siglo se vaticinaba la muerte de los periódicos de papel para el 2015 y ya estamos en el 2017.

"El día que muera el último periódico, al siguiente la Humanidad tendrá que inventar el primero"

Bieito Rubido

 

Rubido apuntaló su elocuente defensa de los periódicos tradicionales y de sus ediciones impresas con el argumento de que estos medios son también “líderes en internet por el prestigio de sus marcas” y que “son biodiversidad mental”.

–Se debate, por ejemplo, que Facebook tiende a descartar noticias por conservadoras cuando atiende a clientes con espíritus de izquierdas por un algoritmo que sigue los gustos del usuario y termina ofreciéndole solo aquellas noticias de acuerdo a su forma de pensar y de ver el mundo –apuntó–. Esto es de una inmensa pobreza. La humanidad solo avanza con el debate, con el contraste de ideas, con la confrontación de los pensamientos. Los periódicos, aun teniendo una ideología y una manera de ver el mundo, incitan a la duda, acogen muchas miradas, abren el debate.

Con una amplia sonrisa, Rubido puso de relieve que los buenos diarios son los guardianes “de la mejor prosa” y que “algunas de sus mejores crónicas y artículos están hechos de hechos culturales relevantes, por su pura calidad estética”.

Sin reservas, Rubido apuntó sus cañones a lo que llamó “la selva tuitera” y sostuvo que “la experiencia en las redes sociales ha mostrado su terrible reverso oscuro” a través “del acoso de la intimidad y el gusto por el insulto que se propagan con una enorme ligereza y que casi siempre quedan impunes”.

–Ante esa ley de la "jungla tuitera" en la que se vale todo y en la que el honor ajeno para nada cuenta, los periódicos tienen unas reglas del juego, tiene sus límites y sus normas –expresó con vehemencia–. El respeto a las leyes democráticas y nuestras propias normas de conducta hacen que la mentira flagrante y el insulto estén fuera de los códigos de la prensa de calidad.

Y sin matizar –se hubiese agradecido, porque no todos los medios digitales carecemos de valores– descargó:

–Esto diferencia a la gran prensa de las redes sociales y de las alegrías blogueras. Los periódicos clásicos somos serios y fiables… somos un asidero todavía de rigor en medio del voluble oleaje digital. La red está llena de mentiras, de calumnias, y de estupideces. Es un gran invento sin duda, pero está todavía pendiente de ponerse al día de sujetarse y someterse al estado de derecho.

Respecto al futuro de los medios, Rubido comentó que “como todo futuro, es aún incierto” y que “tendrá que pasar algún tiempo para que esta confusión en la que vivimos los medios de comunicación se difumine y se asuma lo que está haciendo el gran cambio tecnológico”.

–¿Cómo deberá ser el periodista futuro? No lo sé con certeza, pero sí sé que deberá tener valores, valentía y que sepa defender sus ideas sin ningún temor –expresó–. El día que muera el último periódico, al siguiente la Humanidad tendrá que inventar el primero.

–¿Qué está haciendo el ABC para renovar sus audiencias? –le pregunté en una charla privada luego de su conferencia.

–Tenemos una versión en página web que diariamente tiene un millón y medio de usuarios únicos. Hemos hecho una apuesta clave por nuestra edición digital, una versión muy actualizada en la que trabaja mucha gente. Estamos muy orgullosos de la confluencia de las dos redacciones, la clásica y la digital. Ambas trabajan indistintamente para la web y para el papel –explicó–. Creemos que hay que ampliar las audiencias. No vemos el mundo digital como una amenaza para lo que es el proyecto nuestro, sino como una oportunidad. Nos enfrentamos a unos tiempos en los que la sociedad empieza a elaborar pensamientos excesivamente simples porque no hay una lectura más elaborada como la que se deriva de la reflexión. No hay pensamientos complejos en generaciones en las que tienen tanta posibilidad las alternativas políticas del populismo, tanto de izquierda como de derecha… precisamente por la simpleza en la comunicación.

–¿Cuál es la posición del ABC respecto a las aspiraciones separatistas catalanas y cuál es su reflexión?

–No hay marco legal para hacer una convocatoria para un referéndum. En el ABC defendemos la unidad de España y en el caso de Cataluña no hay antecedentes históricos como con otros territorios –explicó–. Cataluña siempre ha estado vinculada a España. No hay razones históricas ni políticas, las únicas razones que hay son las del aprovechamiento de una oligarquía catalana que, además, ha sido muy corrupta en la gestión del gobierno autonómico y ha levantado una cortina de humo con un sentimiento que ciertamente existía en unas parcelas de la sociedad. Pero esa posibilidad es algo que realmente ni el concierto internacional, ni la Unión Europea, ni el resto de España permitirían. En cuanto al referéndum, hay que hacerlo dentro de la ley. O se consigue que la constitución española sea reformada y admita un referéndum o no se hace, porque no se puede hacer un referéndum fuera de la ley. La ley es la ley. La democracia es el imperio de la ley. Si hoy quebrantamos la ley convocando a un referéndum, mañana podemos quebrantar otras cosas.

–¿Cuál es su percepción de Puerto Rico y de nuestra realidad política y social?

–No cabe duda de que Puerto Rico es muy singular, no se parece en nada a los países de su entorno. Sus vínculos con Estados Unidos le dan unas enormes posibilidades, pero al mismo tiempo está condicionado por sus raíces históricas, por su unión afectiva con el mundo de América Latina y con España y esto lo hace igualmente muy especial. Yo creo que es un territorio, un pequeño país, con enormes posibilidades… pero creo que, como siempre sucede, en su caso todo dependerá de los propios boricuas –concluyó.

 

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