EN LAS ENTRAÑAS del Teatro de la Universidad de Puerto Rico —justamente debajo del escenario, entre planchas de madera, bloques de “foam”, sierras, caladoras, clavos y martillos— tres jóvenes estudiantes del Departamento de Drama de la UPR —sí, solo tres— dan forma al mundo imaginado de “Son de Reyes”, obra que marca el renacimiento de Teatro Repertorio y que se presentará entre el miércoles y el domingo de la semana próxima —24 al 28 de abril— en una ambiciosa producción que unirá en escena a experimentados histriones y a un puñado de estudiantes de drama y música.
Esta pieza —adaptación puertorriqueña a cargo del profesor Edgar García del clásico de William Shakespeare “Twelfth Night”, con la colaboración de estudiantes y del profesor Miguel Rodríguez Casellas como asesor histórico— es asimismo parte de la celebración del octogésimo quinto aniversario del Teatro de la UPR y contará con las actuaciones estelares de Modesto Lacén, Néstor Rodulfo, Mafe Sotomayor, Fofé Abreu, Samarys Barbot, Solange Vázquez, Miguel Rodríguez Casellas y Quique Rodríguez y una decena de estudiantes, jóvenes que ven en este proyecto una oportunidad largamente esperada de hacer teatro en un escenario casi de leyenda por el que han pasado varias de las más grandes figuras del mundo de las artes, la cultura y la educación.
Decíamos que ese mundo descrito por Shakespeare en Illyria —una remota región de los Balcanes occidentales y a orillas del Mar Adriático, que se recrea 425 años después en un lugar indefinido del Caribe a partir de la concepción escenográfica del profesor Nicolás Luzzi— es posible gracias al trabajo de los jóvenes Fernando Jiménez, Dante De Jesús y Deyaneira Medina, quienes hacen un breve paréntesis en su faena para hablar de lo que representa para ellos esta responsabilidad.
“Es que en Puerto Rico no hay mucha gente que haga esto bien”, responde Fernando sin titubear respecto a las razones por las que se dedica a ese trabajo que no suele ser el preferido de quienes entran al Departamento de Drama, vis a vis la actuación, los reflectores y los aplausos. “Además, alguien tiene que hacerlo —añade— porque sin escenario, la historia está incompleta. Entre los miembros de nuestra generación hay una escasez en al área técnica, nadie quiere el ‘backstage’, todos prefieren el escenario”.
Fernando añade que él viene de Arecibo, de una escuela especializada en Bellas Artes, en el área de producción técnica que la corren estudiantes de escuela superior. “Sabemos que nosotros estamos tras bambalinas y que casi no nos vemos, pero la magia del teatro no sucede solo porque alguien se para en un escenario”, apunta. “Si se apagan los focos, no se ve; si no tienes un buen vestuario o si no hay un buen decorado no funciona. Esta escenografía conlleva mucho trabajo… es rotatoria, tiene rampas y diversos elementos que suben y bajan de la tramoya. Yo soy de diseño y también de actuación, pero la verdad le metemos mano a todo”.
Deyaneira comenta que “es muy importante lo que ocurre ‘backstage’ y siempre es necesario aprender ese trabajo.”
El profesor Luzzi se acerca a la charla y dice que él está con ellos “diseñando y construyendo” y que “el concepto de la escenografía nace de la idea de Edgar de traer esta obra al Caribe, a un lugar imaginado y quizá indefinido, cerca de los mangles y las playas, con elementos que pueden ser reconocidos, pero sin que se identifique un lugar real específico, que puede ser en Puerto Rico, República Dominicana o Haití, por ejemplo”.
Respecto a la complejidad del trabajo, comenta que “ha habido sus retos, como en cualquier otro proyecto”. “Ahora estamos contra el reloj porque esto estrena pronto, el 24”, añade. “No obstante, estamos muy contentos de estar aquí, porque históricamente el taller de escenografía del Departamento de Drama estaba aquí, hasta antes de la remodelación del teatro, y luego tuvo que ser trasladado, pero no se había podido construir escenografía”.
El profesor Luzzi señala que “a medida que avanza la construcción, el trabajo se va pareciendo bastante a la idea de la que nace y es muy gratificante constatar que los muchachos han captado muy bien las intenciones del proyecto... están haciendo un trabajo muy bueno”, asevera. “Es una labor muy demandante y al final del día están exhaustos, sobre todo por la presión que tenemos del tiempo. No están descuidando sus estudios y su energía se nota. Quiero agradecerle a Rafa (Chaves, el director ejecutivo del teatro) que cuando vine con la propuesta, no solo de diseñar, sino también de conseguir estudiantes que se ocuparan de la construcción, la acogió con mucho entusiasmo y compromiso”.
Dante —la otra joven del trío constructor— reitera que la relación entre ellos tres “es muy buena” y que hacen “de todo”, cortan, pegan, clavan, lijan… en fin. “Trabajo en equipo”, dice. “Uno coge el taladro, el otro la sierra… a veces nos perseguimos, y en lo que uno barrena, el otro va detrás, metiendo el tornillo”.
Fernando asevera que para ellos “es muy importante este proyecto, porque desde que perdimos este espacio, ha sido muy fuerte y quisiéramos seguir usándolo como el salón de clases que algún día fue”. “Nosotros tres estamos teniendo ahora esta experiencia y es estupendo”, reconoce. “Sé que los estudiantes también tenemos que poner de nuestra parte y luchar por rescatar estos espacios, no como en una guerra, pero sí con el interés y la firmeza que amerita”.
"Hemos resurgido de entre las cenizas..."
Rafael Chaves —director ejecutivo del teatro— explica que Teatro Repertorio comenzó en el año 2011, con “Evita”, con Edgar García “como padre”, con el concepto de una casa productora interna que se fundamenta en promover el trabajo de artistas profesionales en equipo con estudiantes. “
“Como el director del teatro, me siento muy orgulloso de promover este proyecto”, subraya. “En este caso, no se trata solo de actores, sino también del grupo de estudiantes en producción, en la escenografía… en fin que este proyecto está cumpliendo a cabalidad con esa misión de Teatro Repertorio para el desarrollo de nuestros estudiantes en todos los espacios del quehacer teatral”.
Rafa recuerda que Teatro Repertorio sufrió un golpe inmenso en el año 2017, cuando en medio de una huelga se impidió la entrada a la obra “Érase una isla”, luego de dos funciones y eso fue de gran perjuicio para el proyecto. Poco después vino el huracán María y el teatro sufrió grandes daños. “Cuando esperábamos recuperarnos luego de la reparación de la estructura vino entonces la pandemia… en fin”, rememora. “Comenzamos a retomar el camino con ‘Otra canción de Navidad’, en el 2022, pero fue muy difícil”.
Rafa ha trabajado incansablemente para que el teatro sea autosuficiente operacionalmente. “Hemos resurgido de entre las cenizas, como el Ave Fénix”, afirma con evidente orgullo. “El teatro abre si se alquila, el teatro abre si se logran recaudar fondos y el teatro abre si escribo propuestas que se concreten en la obtención de esos recursos. Así ha sido desde hace casi dos años, como esta subvención que conseguimos de Latinex, que nos da prácticamente la mitad de los fondos que se necesitan para esta producción —alrededor de $115,000 en total— combinado con fondos propios”.
Fiel a su política de “puertas abiertas” en el teatro, Rafa señala que no acostumbra a decirle que “no” a ninguna propuesta que sea razonable. “Edgar y yo venimos hablando de la posibilidad de hacer ‘Frankenstein’, el clásico, pero gracias a Hollywood, esta obra se asocia mucho a ‘Halloween’, poco apropiada para hacerla en primavera. Edgar me propuso entonces hacer ‘Twelfth Night’ adaptada a una fantasía caribeña”.
“Se titula ‘Son de Reyes’ porque es una adaptación de la original que en español se titula ‘Noche de Reyes’ y se la puesto música”, dice Alicia Vega, asistente de dirección. “Se ha criollizado y la acción se trae al Puerto Rico de 1870. Esta obra trata sobre al amor y la pérdida, con dos hermanos gemelos que se extravían en un naufragio y cada uno piensa que el otro ha muerto y al llegar a la isla, uno de ellos, Violeta, tiene que hacerse pasar por su hermano para no perder su virtud y tener cierta libertad dentro del pueblo. Eso desata una serie de equívocos porque —nos enteramos más tarde— el hermano no está muerto. Entonces una mujer se enamora de Violeta, pensando que es hombre y ella su vez, se enamora de otro hombre”.
El desenlace, el día de la función.
Para Alice, uno de los desafíos principales de dirigir esta obra es la unión en escena de un elenco numeroso y de diversos niveles de experiencias, unos profesionales y otros en vías de serlo.
“Todos los actores profesionales son egresados del Departamento de Drama de la IUPI y saben lo que este junte significa para el desarrollo de los estudiantes”, explia. “Es un reto hacer que esas voluntades y talentos converjan, con la ventaja de que todos están comprometidos a que el resultado sea el mejor. Todos están muy dispuestos a trabajar en equipo en un proceso en el que todos son importantes, con texto bastante complejo”.
Axel Nieves, quien da vida a “Tobías de Eructo”, explica que su camino académico lo comenzó en la Facultad de Ciencias Sociales, luego de viajar del oeste de la isla donde es más común la idea de que los artistas “se mueren de hambre”.
“Fue un cambio que nació en el proceso de ver muchas obras de teatro aquí en el recinto”, recuerda. “Dos años y medio después de haber comenzado en Ciencias Sociales me cambié a Geografía, luego a Antropología y finalmente a Teatro. La experiencia ha sido muy gratificante, sin el menor arrepentimiento”.
Axel explica que “Tobías” es “un borracho manipulador, medio villanesco, dado a usar a las personas, sobre todo al señor Malagüero y a los protagonistas”.
Miguel Sabalier —“Andrés Malagüero” en la obra— comenta que él una persona muy reflexiva, siempre pensado en la mejor manera de prepararse para su futuro. “Pasé por muchas ideas, como ser agente de la CIA, policía, bombero, chef… practico varios deportes… hice mucho atletismo, como velocidad y salto alto, también estudié en una escuela especializada en Bellas Artes y de ahí vine a Drama, donde puedo hacer cosas que me gustan, donde mejor me siento”, ilustra.
Dice que el señor ‘Malagüero’ tiene “pique”. “Es todo un caso”, aseveea. “Es una personita que representa a una parte de la sociedad con la que todos en algún momento nos hemos topado, que vive en su burbuja, que no ha tenido necesidades de ningún tipo, hasta que choca con la realidad del mundo y no tienen la menor malicia para defenderse de tipos como ‘Tobías’, que se aprovecha de su torpeza y lo manipula. Es muy elegante, sensible, delicado y muy tonto. ‘Tobías’ lo usa y quiere su dinero”.
La ficha técnica la integran también Miguel Vando en el diseño de vestuario, la coreografía es de Norberto Collazo, el diseño de iluminación de Israel Franco Müller y un grupo de músicos dirigido por Nore Feliciano.
Las funciones del 24 y 26 de abril (para estudiantes y adultos mayores) son a las 10 a.m. Las del 25 y 27, a las 8 p.m. y la del domingo 28 a las 4 p.m. Los boletos están disponibles en prticket.com y los de los estudiantes y profesores en las oficinas del Teatro de la UPR.
Fotos: Yainelly Ortiz-Serrano
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