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  • Foto del escritorMario Alegre-Barrios

Coralia y su culto a la excelencia en el Festival Casals



EL ENCIERRO FORZADO y la incertidumbre, a veces la desesperación y a ratos la desesperanza encontraron en la música el conjuro y el bálsamo que permitió a los miembros de Coralia superar los desafíos inmensos de dos años de pandemia y salir transformados del proceso, con una renovada certeza del valor invaluable que tiene al arte que cultivan, inspirados y dirigidos por su fundadora y directora, la doctora Carmen Acevedo Lucío.


Esta agrupación coral del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico se presentará por tercera ocasión en su historia en el Festival Casals el domingo próximo —29 de mayo— a partir de las 4:30 p.m. en la Sala Sinfónica Pablo Casals del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, en Santurce,


“Esperamos nos acompañen en este concierto que tanto ilusiona a todos los miembros de Coralia, con un programa tan hermoso como desafiante, preparado con mucho amor para todo nuestro público”, señala la Dra. Acevedo Lucío durante una charla poco antes del ensayo de ayer martes. “Será una tarde de estupenda música coral y la mejor manera de demostrarle a nuestro público lo que Coralia es capaz de ofrecer”.


Al evocar el arduo camino que trastocó los planes y rutina de todo el mundo desde mediados de marzo de 2020, la profesora Acevedo Lucio señala que el inicio de la pandemia planteó “un gran reto para todos nosotros porque nos impuso una nueva manera de trabajar al saber que no nos íbamos a poder reunir por tiempo indefinido”.


“Entre los problemas más significativos estuvo la falta de sincronía por los ensayos de manera virtual”, explica. “Se iba a tener que hacer un trabajo muy individual en el que yo no iba a poder escuchar a Coralia cantar en armonía como conjunto y ellos tampoco se iban a poder escuchar como grupo. Tuvimos que escoger entre seguir trabajando de una manera nueva, incómoda y desconocida, o no trabajar y buscar otras cosas… afortunadamente escogimos la primera opción”.


Para Christian Acevedo Cueto —barítono y coordinador de Coralia— fue fundamental que la profesora Acevedo Lucío los llevara “de la mano, a veces con los ánimos en verdad bastante abajo, ensayando durante todo ese tiempo de la manera que fuese”, preparando un repertorio que estuviese listo para cuando llegara el momento de volver a cantar de manera presencial, algo que comenzó a ocurrir justamente dos años después de iniciado el encierro, con un concierto el pasado 22 de marzo, como parte del “Encuentro en Armonías, en colaboración con el coro de cámara de la Universidad de Wisconsin-Stou, en la Parroquia Nuestra Señora del Pilar, en Río Piedras.



El joven Acevedo Cueto señala que participar en el Festival Casals “es un privilegio” y a la vez plantea un deber “con el país y con la cultura” para interpretar, no solo obras cimeras del repertorio internacional, sino también música de aquí, de Puerto Rico”.


Con un semestre apenas como miembro de Coralia, el barítono Jorge Iván Chéverez Ocasio destaca que su decisión de audicionar para ingresar a la agrupación se fundamentó, no solo en la calidad excelsa de este coro, sino también porque “el trabajo de Coralia no cesó durante la pandemia”.


“En febrero se me dio la oportunidad de entrar a Coralia y eso fue una bendición”, asevera. “El trabajó de este semestre ha sido un poco un híbrido, así que el reto aún continúa, pero siguen siendo las mismas energías y el mismo propósito de hacer música de calidad, como es la tradición de Coralia”.


“Cantar en el Festival Casals es un honor y también una gran responsabilidad”, comenta Chéverez Ocasio . “Compartimos el escenario con grandes músicos, los más reconocidos a nivel internacional, así que Coralia tiene el propósito y el deber de presentarse con la más alta calidad, como siempre lo ha hecho, y demostrar que no tan solo somos una agrupación de alto nivel puertorriqueño, sino también de nivel internacional”.


“Siempre es un honor”

Con una presencia constante en infinidad de ediciones del Festival Casals durante las pasadas cuatro décadas, la doctora Acevedo Lucío señala que cada invitación a este magno evento “siempre es un honor y un privilegio inmensos”.


“Jamás es una vez más, sino siempre decimos ‘¡qué bendición!’… esta es la tercera vez que Coralia participa en el Festival Casals, gracias a la invitación del maestro Maximiano Valdés”, comenta. “La primera vez fue en el 2009 y el año pasado fue de manera virtual. Para mí el reto siempre es que se espera un altísimo nivel del grupo y todos trabajamos para que ese nivel se mantenga o que lo superemos. Cada concierto es especial porque es el repertorio lo que lo distingue. En el concierto del domingo próximo comenzaremos con los ‘Valses de amor, Opus 52’, de Johannes Brahms. Siempre he sido amante de la música de Brahms, no solamente por su belleza, sino también por lo mucho que aporta al crecimiento del grupo. También vamos a presentar obras contemporáneas, algo que comenzamos a incorporar a nuestro repertorio a raíz de las giras internacionales, y terminamos con ‘La rosa y el colibrí’, de Jack Delano, y ‘Negra majestad, de Ángel ‘Cucco’ Peña, obra que ha sido premiada en Europa en distintas competencias. Durante el concierto nos acompañaran al piano la maestra Diana Figueroa y el joven Bryan Ojeda, a quienes les estamos muy agradecidos por su colaboración”.


Al reflexionar sobre lo que representa para él ser miembro de Coralia, Chéverez Ocasio asegura que “como médico residente en el recinto de Ciencias Médicas, mi vida es un poco ajetreada y ha sido bien gratificante volver a experimentar cosas que no experimentaba desde que estaba en el coro universitario”.


“Mi ámbito profesional no es la música y aquí estoy rodeado de personas que, en su gran mayoría, son músicos profesionales mientras otros se encaminan a serlo”, explica. “Este semestre ha sido de crecimiento, no tan solo a nivel intelectual, sino también a nivel de ‘performance’ musical gracias a los consejos de la doctora Acevedo, que sigue empujándome a que siga creciendo en un registro de voz al que tampoco estaba acostumbrado, así que estoy bien agradecido por esta oportunidad”.


“Ha sido un semestre de mucho trabajo como coordinador general de Coralia”, dice por su parte Acevedo Cueto, “La profesora Acevedo y yo nos pasamos todo el tiempo en contacto. Ha sido una experiencia muy gratificante dentro de toda la labor que se ha hecho, tratando de cumplir con todos los compromisos. Es estupendo ver el trabajo que hacemos cada uno de los integrantes en Coralia y yo sé que al final la profesora también se queda con la satisfacción de que lo dimos todo… creo que hablo tanto para mí como por mis compañeros. De verdad que vale la pena todo el esfuerzo y todo el trabajo que hacemos”.


Ambos jóvenes intentaron definir lo que representa la doctora Acevedo Lucío en la historia de la música coral en Puerto Rico. El vídeo registra sus palabras, mientras que la profesora asevera que se retirará “cuando ya no tenga pasión por lo que hago, cuando ya no se me ocurran proyectos nuevos, cuando yo sienta que el grupo no está conmigo”.


“Yo creo que ellos mismos me dirán ‘profe ya tiempo que vaya bajando el ritmo’, pero ese momento no ha llegado”, afirma con una sonrisa. “Me apasiona lo que hago, aunque tengo que confesar que durante la pandemia —como a mucha gente le habrá sucedido— pensé que quizás habría llegado el momento de terminar y dedicarme a viajar, pero tan pronto volví a trabajar con todos estos muchachos me olvidé del eso, por el amor que sienten por la música, por la felicidad que les trae y por lo que aporta a su crecimiento personal. Para ser un buen coro también tenemos que desarrollarnos como personas”.



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