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  • Foto del escritorMario Alegre-Barrios

En el residencial Luis Lloréns Torres, breve y apacible el regreso de la Sinfónica


DE MANERA APACIBLE, sin otros contratiempos que no fuesen climatológicos y ante un escaso público, hace unos minutos concluyó el concierto de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico en el residencial Luis Lloréns Torres que, como parte del proyecto “La Música Transforma”, había sido reprogramado para hoy, luego de la abrupta suspensión de la presentación de la oferta originalmente señalada para el pasado 25 de octubre.

Bajo la batuta del maestro Rafael Enrique Irizarry, la principal institución musical del país ofreció un corto programa de unos 55 minutos de duración que fue recibido de manera entusiasta por los vecinos de la mencionada comunidad santurcina que hace justamente dos semanas se vio privada de disfrutar del arte de la OSPR debido a problemas de logísitica que fueron atribuidos a una falta de comunicación entre la administración del residencial y quienes ejercen el poder en el mismo.

El maestro Irizarry comentó que el programa de esta tarde tuvo que ser abreviado debido a la necesidad de proteger de la inminente lluvia instrumentos y partituras. "Asimismo -agregó– como el programa demoró un poco en comenzar, tuvimos la oportunidad y el gusto inmenso de conversar con varias personas del residencial, entre ellos algunos niños, experiencia que ha sido sumamente gratificante".

La cancelación de hace quince días tuvo como argumento que a esos “líderes” no se les había consultado ni pedido permiso para llevar a cabo el concierto programado en la cancha Erna Álvarez del sector Providencia, en el residencial Luis Lloréns Torres. Quienes impidieron entonces el concierto argumentaron que iban a utilizar la mencionada cancha para un torneo de baloncesto.

En respuesta a esto, la profesora Mercedes Gómez Marrero –directora ejecutiva de la Corporación de las Artes Musicales– aseveró a Esto es el agua… que la “tomó por sorpresa que nos ocuparan el espacio”. “Lo que falló quizá fue la coordinación que debió haber hecho el Departamento de la Vivienda –que fue la entidad que nos invitó– con estas personas en el residencial”, señaló entonces.

Gómez Marrero añadió entonces que “bien sabemos que en estos residenciales hay una ética y unos procedimientos muy particulares que, pienso, no se observaron en esta ocasión”. Sin embargo –añadió– “esta situación no impedirá que la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico desista de su deseo de llevar su arte a la gente buena de Lloréns Torres”, oportunidad que finalmente se materializó esta tarde.

 

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