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  • Foto del escritorMario Alegre-Barrios

La 'Escocesa', Mozart y 'Appalachian Spring' en el sábado sinfónico


CON UN PROGRAMA titulado originalmente “Luz y tinieblas” –y que no cambió, aunque la larga obra que establecía el contraste oscuro fue sustituida por dos más cortas y sin duda luminosas–, este sábado a las 7 p.m. en la Sala Pablo Casals continúa la temporada de abonos de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico.

El maestro Maximiamo Valdés dirigirá un repertorio que comenzará con Appalachian Spring, de Aaron Copland, y continuará con el tercero de los conciertos para violín de Wolfganfg Amadeus Mozart, con la madrileña Leticia Moreno como solista. Luego del intermedio la OSPR interpretará la Sinfonía núm. 3 en la menor, opus 56 –la Escocesa– de Felix Mendelssohn.

Además del concierto de Mozart, estaba anunciada la séptima de las sinfonías de Anton Bruckner, pero el maestro Valdés citó razones presupuestarias para la sustitución de esta obra monumental por las de Copland y Mendelssohn.

–La sinfonía de Bruckner requería de cuatro músicos extras para tocar las tubas wagnerianas y un atril más de cuerdas para compensar el volumen de los vientos –dijo el maestro Valdés antes de uno de los ensayos de esta semana–. Ese gasto no fue posible en este momento porque se nos pidió un 10% de reducción en nuestro presupuesto y se decidió dejar esa obra para más adelante. Como se trata de una obra de una hora duración, decidimos hacer la Escocesa, sinfonía que hicimos en St. Thomas, pero no aquí. Tenía deseos de retomarla y por ahí surgió un poco la conexión con Appalacchian Spring, obra que quiero mucho desde hace muchos años y que hice con una orquesta juvenil para un Festival Casals.

El maestro Valdés señaló que ambas obras tienen una fuerte carga nacionalista que las une.

–En el caso de la Escocesa esto es tan evidente en su espíritu y en la experiencia que el compositor tuvo cuando viajó a Inglaterra y llegó hasta Escocia con toda la epopeya de este lugar, algo que hasta en Braveheart (el largometraje protagonizado por Mel Gibson) está plasmada –explicó–. Por otra parte, Copland tuvo una gran intuición para descubrir elementos que unificaban la memoria colectiva norteamericana, no solo en los ritmos de la música del campo y de los cowboys, sino, como en esta pieza, desde el principio, en el que uno casi siente el olor de las planicies, de la naturaleza. Appalachian Spring es una pieza muy bien construida. Copland era un gran compositor, con una gran capacidad de síntesis en su pensamiento. Es muy racional, pero a la vez con gran vocación por el misterio, como bien lo demuestra en esta obra, que comienza como en el alba y cierra con el crepúsculo. Por lo que respecta a Leticia, la vi cuando empezó a dar sus primeros pasos musicales, en Madrid, y ahora tiene una carrera internacional importante.

La recta final

Al pedírsele una reflexión sobre la recta final de la temporada de abonos en curso –que finaliza en mayo– el maestro Valdés estableció que “creo que estamos en un momento bastante definitorio”.

–Una de las cosas que me gustó de la entrevista a doña Mercedes (Gómez, cuyo nombramiento oficial como directora ejecutiva de la Corporación de las Artes Musicales fue anunciado el martes pasado y conversó con Esto es el agua… ese mismo día) es que en tiempos de crisis hay que mantener la cabeza fría, tener claras cuáles son las metas y tener serenidad –comentó–. Digo esto porque en momentos de crisis económica se cuestiona todo y, ante el nerviosismo de lo que viene, surgen todo tipo de ideas que pueden terminar afectando lo que es el trabajo y la misión de una orquesta sinfónica. Estamos ante situaciones financieras que son difíciles y tenemos que pensar en que nuestro trabajo es ofrecer al público una número de conciertos cuya música es fundamentalmente la que pertenece al repertorio clásico universal, tenemos que satisfacer también la demanda de un público que prefiere escuchar música de otro tipo y tenemos que hacer todo esto dentro de la mayor calidad posible porque este es nuestro objetivo: entregar este arte de la manera más perfecta posible, sea música de películas o una gran sinfonía de Mahler.

El maestro Valdés agregó que “hay que tener presente también que una orquesta sinfónica no se puede autofinanciar”.

–No estamos en territorio norteamericano ni tenemos la tradición de las orquestas americanas, por consiguiente, la aportación del Estado a una orquesta como ésta es indispensable y que necesitamos seguir trabajado en repertorios que son desafiantes para nosotros y cuyo contenido nos acerca a la época actual –aseveró–. Nosotros no podemos refugiarnos en un repertorio que todos queremos mucho, pero que nos es cómodo y nos protege en nuestras expectativas, porque la única manera de progresar es dedicarse al conocimiento. Es el conocimiento lo que genera progreso. No podemos cerrarnos desde el punto de vista de nuestra elección de repertorio. La orquesta debe seguir haciendo música contemporánea y moderna, debe seguir estrenando obras y nosotros debemos seguir explicando que tenemos que seguir haciendo esto o nuestra institución pasa a ser como un museo y eso no puede ser.

Y finalizó:

–En momentos de crisis como estos hay que tener la mente clara hacia dónde vamos y, naturalmente, ser flexibles para poder determinar cuáles pueden ser las oportunidades que pueden generar recursos a corto plazo que ayuden a todas las necesidades que hay, desde el grave problema del fondo de pensiones de los músicos, hasta todo lo que haya que hacer para que la orquesta tenga oportunidades de viajes y grabaciones o de traer grandes solistas. Y esto vale para el Festival (Casals) como para la temporada regular.

Los boletos para el concierto están disponibles a través de Ticketpop (787) 294-0001 y/o de la boletería de la Sala Sinfónica (787) 723-5005 extensión 13043.

 
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