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  • Foto del escritorMario Alegre-Barrios

Café Corta'o con lo mejor del aroma musical


TALENTO Y AMISTAD –ambos enormes-– con dosis similares de pasión por la música y de un deseo genuino de tocarla solo por el placer inmenso que de ese privilegio derivan. Esta es la receta del Café Corta’o Horn Quartet, estupendo cuarteto de trompas francesas integrado por Joshua Pantoja, Eric Vázquez, Rey Omar Marcano y José Colón que este domingo -–desde las 6 p.m.-– se presenta en un concierto gratuito al aire libre dedicado al amor, con la Plaza Antonia Quiñones como escenario, frente a la parroquia en reconstrucción de Stella Maris, en el Condado. Estarán acompañados en la percusión por Enrique Chávez.

–Éric y Rey nos conocemos desde hace muchos años y hemos tocado bastante juntos –dice Joshua, miembro de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico desde hace trece años y profesor en el Conservatorio de Puerto Rico–. A José lo conozco de menos tiempo y es también muy talentoso… Todo esto surgió aquí, al comenzar a dar clases en el Conservatorio y ver el entusiasmo de ellos por reunirnos a tocar para continuar mejorando el nivel. Los veía tan interesados y son tan tremendos músicos, que les propuse juntarnos para tocar y ver cómo sonábamos. Después del primer encuentro, en agosto pasado, dijimos “contra, esto suena muy bien”, y les dije que, si se comprometían, esto lo podíamos hacer seriamente.

Y comenzaron a reunirse, todos los lunes y martes durante 3 horas –de 8 a 11 a.m.- a ensayar, a tocar por el puro placer de hacerlo. Decidieron hacer su primer concierto en diciembre para consolidar el proyecto, se comenzó a correr la voz, se dieron a conocer. Terminaron diciembre con seis presentaciones y ahí tomaron la decisión de arrancar con un repertorio más puertorriqueño que estableciese un sello distintivo para el cuarteto, con ellos mismos como autores de los arreglos necesarios para reunir repertorio.

–Otra de las intenciones fundamentales fue empezar a llevar el instrumento a un público más numeroso, que ha escuchado el sonido de la trompa francesa, pero que quizá no está muy familiarizado con ella –agrega Joshua–. Y qué mejor manera que demostrárselo que con nuestra propia música.

–Uno hace mil malabares para hacer buena música y saca tiempo de donde no lo tiene –dice por su parte Éric–. No es lo mismo que te llamen para algún “guiso” que dedicarse a un proyecto de grupo como éste. Es un trabajo de equipo en el que todos aportamos y damos sugerencias y nos escuchamos, siempre para mejorar de manera individual y como cuarteto.

–Todos los instrumentos son difíciles, especialmente la trompa y uno solo se da cuenta de eso cuando empieza a tocarla –dice José–. El primer contacto con la trompa suele ser de sorpresa, porque no es tan popular como el violín, el piano o la trompeta. Yo estaba interesado en tocar alguno de estos, pero cuando escuché la trompa en una reunión de estudiantes de nuevo ingreso a una escuela de música, sus colores y su versatilidad me cautivaron. Siempre hay que estar trabajando en busca de perfeccionar la técnica, porque es sumamente difícil.

–En mi familia hay muchos músicos, como mi primo David Marcano, que es un gran percusionista y en quien me inspiré para aspirar primero a estudiar percusión, con el trombón y la trompa como otras opciones –explica Rey Omar–. Cuando en la Escuela Libre de Música vieron que la trompa estaba entre mis prioridades, me la pusieron en las manos. Desde entonces me gustó y nunca he dejado de trabajar con mucho entusiasmo en ella, porque es difícil para ejecutar, con muchas complejidades, como sus “parciales” que, a diferencia de la trompeta, están muy cercanos y prácticamente en una misma posición, por lo que uno tiene que saber ‘cantar’ y ‘entonar’, saber en qué sitio del instrumento se está.

–¿Por qué la trompa? Por culpa de mi hermana –dice Éric–. Ella estaba en la Libre de Música y le dieron este instrumento. Mi papá me preguntó entonces qué instrumento me gustaría a mí y le dije que la trompeta o la percusión, porque es lo que uno siempre ve. Cuando llegue a la Escuela me dijeron que esos instrumentos ya estaban llenos, que lo único que quedaba era la trompa francesa. Mis papás me dijeron que, ya que me iban a prestar el instrumento, que era una magnífica manera de empezar en la música. Confieso que al principio no me gustaba, pero tuve maestros que se encargaron de ayudarme a enamorarme de la trompa, como Benito Díaz, el principal de la Sinfónica. Hoy no me arrepiento, es un instrumento único… sé que cada quien piensa eso del suyo, pero para mí lo es. Sin duda ha sido una de mis mejores decisiones.

–Yo empecé tocando piano en la Libre de Caguas –dice por su parte Joshua–. Mi mamá es pianista, al igual que lo fue mi abuela, que tocó como solista en el Carnegie Hall. Mi mamá me decía que le ilusionaba la idea de que yo tocara en una orquesta… Pensé que podía tocar saxofón, clarinete o trompeta. El director de la escuela, que en ese entonces era Julio Ortiz, me dijo: “Tú vas a tocar trompa. Aquí está la boquilla y el libro. Eso es lo que hay…”. Y dije “¿y qué es eso?”, porque nunca había visto una trompa. A la que empecé a tocarla me dediqué a ella durísimo. Y me enamoré del instrumento, tanto que hasta en el carro lo sacaba del estuche y practicaba de camino a las clases. Me apasionó y me apasiona. Comencé a los doce y los quince de edad entré al Conservatorio. Al año siguiente me fui a Estados Unidos a estudiar mi bachillerato.

–¿Y por qué Café Corta'o?

–En una buena foto uno se da cuenta de la razón –dice Joshua con una sonrisa.

–Después del primer ensayo fuimos a tomar un café al vagoncito de allá abajo… y en eso estábamos cuando comentamos que éramos como un café con leche, un café corta’o, tres oscuritos y uno blanquito –explica Rey Omar–. Al otro día Joshua nos dijo, “oigan, ese nombre me gusta, Café Corta’o, ¿qué les parece?”. Nos pareció súper chévere y a la gente le ha gustado.

Más información de Café Corta’o Horn Quartet en la siguiente dirección: https://www.facebook.com/cafecortaohornquartet/.

 

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