TENDRÍA POCO más de ocho años cuando comenzó a usar “una cámara bien buena, análoga, con sus lentes y todo” que tenía su papá en casa. Como vieron la pasión que tenía por la fotografía, la matricularon en clases de la Liga de Arte y desde entonces, Zuania Muñíz no ha hecho otra cosa que presionar el obturador.
“Recuerdo que me encantaba usar esa cámara. Cuando empecé a tomar clases con Alina Luciano, en la Liga, me enamoré más de la fotografía. Participé en un certamen, gané un premio y me emocionó mucho ver que utilizaron mis fotos para anunciar los ganadores. Eso me afirmó lo que la fotografía significaba para mí y también la capacidad que tenía”, dice Zuania.
De ahí que estudiara Fotografía en la Universidad de Puerto Rico, pero en el Departamento de Bellas Artes en Humanidades. No lo hizo como fotoperiodista porque -explica- se trataba de dos enfoques diferentes. Sin embargo, para ella ambos son artísticos porque “la fotografía significa escribir con luz… y el cómo tú compones, cómo colocas los sujetos… eso es arte”.
En Determinado, la exhibición que tuvo hasta hace unos días en el Taller de Fotoperiodismo en Puerta de Tierra, Zuania buscaba contar unas historias a través de cuerpos y flores.
“Lo que he querido proyectar siempre a través de mis imágenes es simplemente la vida… los acontecimientos que estén surgiendo a mi alrededor. Mis primeros trabajos no tienen nada que ver con esta propuesta que están viendo ahora, aquello era más bien documentalista. Eso sí, siempre fui una persona de crear, sobre todo con las manos, me gusta hacer cosas desde cero. Este trabajo de ahora sí es manual, porque toda la composición con las flores la hice yo. La naturaleza que me rodea tiene mucho que ver, soy del trópico, la abundancia de lluvia, la flora que se da, con sus colores, todo eso me trajo a esto”, agrega.
Vivir en un campo de Cupey, rodeada de tanta vegetación le inspiró mucho para este trabajo, compuesto por siete imágenes. Particularmente gracias a un árbol de roble que tiene en su casa. Cuando comenzaron a caer todas sus flores y crearon una alfombra en el piso pensó que tenía que crear algo con eso.
“Era una belleza efímera y pensé que eso no se podía perder. Para la primera de las imágenes, tomé una cartulina y le hice muchos huecos pequeños para ir pasando las flores una a una. Luego hice un hueco en el centro para develar una boca -en este caso, de su esposo que fue el modelo-. El nombre de cada flor es lo que dicta mucho de cómo se va a crear la pieza, que a su vez lleva el nombre de ésta”.
Pero antes, Zuania hizo un estudio de cada flor, para saber cuánto duraban una vez se desprendían de la planta madre y si era viable trabajar o no con ellas.
"Ver este tipo de piezas me parece que es como un aliento, un suspiro de vida, hacer una pausa en el día a día…”
Zuania Muñiz
“Es un trabajo de mucha estética, quería que cuando la gente viera las piezas pudieran reaccionar al instante y me parece que lo logro. Las imágenes se trabajan basándome en el artículo determinado de la flor, por ejemplo, para la flor de ‘el roble’ el sujeto seleccionado para la foto es un varón. Además, hoy día escuchamos y vivimos tanta cosa negativa, que crear cosas bellas -al menos para mi- es como un respiro, un escape. Ver este tipo de piezas me parece que es como un aliento, un suspiro de vida, hacer una pausa en el día a día…”, señala.
En el proceso de hacer este trabajo, cuenta, se reunió con varias personas, desde curadores y críticos, hasta expertos en fotografía. Cuando veían su trabajo le decían “ah, ¿pero entonces tú eres fotógrafa…?”.
“Lo veían como un trabajo artístico, no pensaban que era fotógrafa. Quizá se debe a que empleo mucha técnica, no es que sea la más experta, sé que me queda mucho por aprender, pero creo que es que soy muy cuidadosa con todo lo que envuelve el uso de la luz, composiciones y técnicas. Fotógrafo es aquel que utiliza un medio para capturar luz y luego la reproduce en una imagen, pero no importa si es para una fotografía de boda, un evento, un documental, es para todo. Creo que es importante que puedan mirar la fotografía de forma crítica como fotografía per sé”, apunta Zuania, quien divide su tiempo entre este tipo de proyectos que tanto le gusta, pero sin abandonar su día a día que incluye desde fotografiar bodas, eventos y familias, hasta manejar a un grupo de fotógrafos destacados en una hospedería de Dorado.
La serie de las fotos sobre las flores sigue. Al momento, varias de ellas ya recibieron Mención Honorífica en el International Photography Award 2016 en la categoría de retrato. De igual manera, varias ya han encontrado un hogar, aunque según Muñiz la producción de cada una no pasa de cinco piezas.
“Esto es un trabajo muy genuino, que surge de lo que yo contemplo como arte… Lo próximo llegará y será igual de genuino. Si me preguntas, de aquí a cinco años y luego de este proyecto -al que me lancé de pecho y sin paracaídas- espero poder montar un estudio de fotografía, realizar otras residencias artísticas, trabajar otro proyecto que llevo pensando hace un tiempo y claro, encontrar un galerista que me quiera representar”, termina.
Y pensar que la cámara que tanto marcó su vida llegó a su casa gracias a que su papá se la compró a un deambulante…
Para conocer más sobre su obra pueden visitar su página art.zuania.com.