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  • Foto del escritorMario Alegre-Barrios

"El Teléfono" inaugura la ópera en Cidra


CADA PUEBLO tiene su historia y en ella sus hijos encuentran razones para abonar ese orgullo tan profundo y singular que se suele tener por el terruño propio. Y mientras muchos se empeñan en encontrar las razones por las cuales muchos proyectos no se pueden hacer, un grupo de artistas -de quijotescos artistas, como suele ser- se han dedicado en cuerpo y alma a encontrar la manera para que Cidra tenga una primicia que pocos pueblos tienen en su historia: ser escenario de una ópera.

Con el Centro Cultural de Cidra como escenario, un grupo encabezado por Alfredo Martirena e Indira Lima -de Producciones Savia- presenta la ópera cómica El Teléfono, de Gian Carlo Menotti, con funciones el sábado y domingo próximos -a las 7:30 p.m. y 4:30 p.m., respectivamente- en una adaptación de la actriz y directora escénica Yinoelle Colón, con un elenco integrado por la soprano Doris Muñoz, el bajo David Guzmán y el pianista Harry Aponte.

Ópera compacta, portátil, amena, divertida, más corta que larga, El Teléfono se estrena en Cidra porque -para empezar- Alfredo es oriundo y residente de este lugar, porque nunca se ha presentado una ópera ahí y porque él siente que plantea una oportunidad única para los cidreños de acercarse a un género maravilloso, pero que suelen mirar como inaccesible y solo al alcance de quienes gravitan por el Olimpo de la cultura.

“Cidra se fundó en el 1809 y hasta ahora nadie se ha dado a la tarea de llevar una ópera a nuestro pueblo”, explica Alfredo. “Soy tenor, me gusta hacer gestiones culturales y decidí presentar El Teléfono porque es una comedia liviana con la que todo el mundo se puede sentir identificado. Desde que se creó este aparato, comenzó a apelar a una obsesión, a una adicción por usarlo, no para hablar personalmente, sino por medio de ese objeto. La obra es una crítica a este invento, con una trama que gira en torno a una conversación que es interrumpida constantemente por el teléfono”.

“Al mismo tiempo, dicotómicamente, es una celebración del teléfono”, apunta Yinoelle. “Se le critica lo suficiente dentro de la pieza como para que, al final, las cosas se den gracias a su invención. A pesar de que es una obra de 1947, su pertinencia en nuestros días es absoluta y estamos trabajando una adaptación que la ubica totalmente en el momento en el que vivimos”.

Alfredo agrega que su pertinencia contemporánea se acentúa con lo que ocurre con el teléfono, no solo como un instrumento para hablar, sino también para navegar en el mundo de las redes sociales e interactuar con mensajes de texto e imágenes, lo que acentúa aun más sus “propiedades” como distracción e interrupción en la comunicación“.

Yinoelle asevera que recibió la invitación para adaptar y dirigir El Teléfono, “con un gusto inmenso”. “Me pareció genial”, cometa. “He trabajado musicales antes y la verdad que esta oportunidad es como un regalo, sobre todo porque se trata de una ópera que reúne todos los requisitos en los que soy una experta y me da lo necesario para yo aportar al proceso. Alfredo me envió el material, lo revisé y no tardé nada en aceptar. Me parece algo fabuloso, en especial por la intención que hay de romper paradigmas”.

La directora de escena -quien recuerda como uno de sus momentos memorables la dirección del musical Hair, en el 2010- agrega que se siente sumamente entusiasmada con la posibilidad de poder llegar a un público que hasta ahora no ha conocido su trabajo y su estilo. “Me encanta entretener y Menotti intentaba lo mismo”, reflexiona. “Creo que esta obra está muy adelantada al tiempo en el que fue compuesta, aunque en ella originalmente se habla de un teléfono muy distinto al que conocemos y usamos en la actualidad. Y es como un cordón umbilical. Si yo dejo olvidado el celular en casa, tengo que volver por él”.

Esta producción tiene como antecedente otros proyectos de gestión cultural trabajados por Alfredo e Indira desde el 2011. Cuando maduró en él la idea de montar esta obra, separó las fechas en el Centro Cultural y llamó a Indira para comunicarle que estaba a bordo de otra aventura. “Me lancé sin recursos, sin dinero, sin elenco”, comenta. “Lo hice porque si lo sigo posponiendo no lo voy a hacer nunca. Deseamos presentar El Teléfono en otros teatros de la Isla. Es una obra con muchas posibilidades, no solo para entretener, sino también para educar, ya que la estemos complementando con un foro antes de la función en el que explicamos algunos de los conceptos básicos de lo que es el género de la ópera”.

Con la incertidumbre respecto a la respuesta que tendrá la ciudadanía de Cidra ante la oportunidad de ver en su geografía una obra como El Teléfono, Alfredo reconoce y agradece el apoyo que la producción ha recibido de parte de las autoridades municipales. “El Municipio se ha portado muy bien con nosotros, nos ha ayudado de diversas maneras, así como la Junta de Directores del Centro Cultural… se sienten parte de este proyecto”, dice. “En Cidra la venta de boletos funciona mejor por la gestión personal, directa, individualizada, y esto es lo que hemos estado haciendo”.

Para reservaciones y compra de boletos los interesados pueden llamar a los números de… sí, de ¡teléfono! 787.510.6914 y 787.608.3804.

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