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Foto del escritorMario Alegre-Barrios

Meechot Marrero, 'la Sinfónica siempre ha sido mi casa'


LEONARD BERNSTEIN y Myriam Vázquez nacieron –con cincuenta años de diferencia– en la misma fecha: la de hoy, el 25 agosto –de 1918 y 1968, respectivamente– y la estelar soprano Meechot Marrero –la hija de Myriam– celebrará el cumpleaños de ambos como solista en el concierto con el que hoy se inaugura la que es –quizá– la más atíptica y excepcional temporada de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, con un programa dedicado íntegramente al repertorio del inolvidable “Lenny”.

El programa –dirigido por el maestro Maximiano Valdés, a partir de las 7 de la noche en la Sala Sinfónica Pablo Casals– incluirá selecciones del musical “West Side Story”, con Meechot y el tenor Joel Prieto como solistas. El maestro Luis Miguel Rojas será el solista en “Misa: Tres Meditaciones para violonchelo y orquesta”, con una oferta que la complementan selecciones de la banda sonora de la película “On The Waterfront”.

Con una meteórica carrera que tuvo su despegue con el Coro de Niños de San Juan y el Conservatorio de Puerto Rico, para proseguir en años recientes como una ascendente estrella de la Deutsche Opera de Berlín, Meechot no ha perdido un ápice de su sencillez y del acendrado afecto que profesa por los suyos y su tierra, sentimientos que trae a flor de piel en este breve retorno a Puerto Rico para cantar –por primera vez- en una sala donde estará ausente su querido abuelo, fallecido recientemente y quien jamás se perdió un concierto de su adorada nieta.

–Va a ser difícil… muy emotivo y me estoy preparando para eso –nos dijo Meechot, poco antes del inicio del ensayo del pasado jueves-. Hay muchas emociones envueltas en esta ocasión… no solo cantaré por primera vez en Puerto Ricos sin la presencia de mi abuelo, sino que también es precisamente el cumpleaños de mi mamá y se trata del concierto inaugural de nuestra Orquesta Sinfónica, con estos músicos maravillosos que siempre me han apoyado tanto, en una nueva temporada después de todo lo terrible que ha sido para la Isla el pasado año. Agradezco al maestro Valdés, a la orquesta y a mi Isla por esta oportunidad tan especial para mí, además de que siempre es un gusto enorme cantar junto a mi gran amigo y colega Joel Prieto.

Meechot acaba de cantar -en el West Bank Fest, de Wyoming- su primera “María”, -personaje principal del “West Side Story” de Berstein- tan recientemente como la semana pasada, en una oportunidad que se gestó desde Deutsche Opera de Berlín, gracias la invitación de Donald Runnicles, director musical de esta célebre compañía alemana, quien dice de la soprano boricua que “Meechot es una cantante gloriosa y, cuando decidí montar ‘West Side Story’, supe que ella era simplemente perfecta para el papel, según unas declaraciones publicadas en el “Jackson Hole News & Guide”, de Jackson, Wyoming.

–Fue una enorme experiencia y como parte de ella, me invitaron para regresar el año próximo a hacer un recital con mi director musical al piano y para mí esto es un logro increíble, porque él es uno de los mejores en el mundo y tiene un conocimiento enorme del repertorio clásico –explica–. Creo que estoy entendiendo poquito a poco que todas estas cosas maravillosas están pasando en mi vida. Con el “West Side Story” me fue súper bien, con una gran recepción de un público entre cuyos miembros estaba el actor Harrison Ford y Dick Cheney, el ex vicepresidente de Estados Unidos.

Aunque ya ha cantado anteriormente con la OSPR, para Meechot el concierto de esta noche es sumamente especial y se plantea cargado de profundas resonancias emotivas, debido –asevera- a que “mis logros allá, son mi responsabilidad aquí”.

–De nada me sirven todos esos éxitos cosechados afuera, si no puedo compartirlos con la isla que me lo dio todo –afirma con la mirada brillante–. Para mí este concierto es extremadamente especial, porque, yo me fui de Puerto Rico entre los huracanes “Irma” y “María” y luego de eso no pude regresar, sino tan solo por tres días para tratar de despedirme de mi abuelo, una de las personas más importantes de mi vida… Que se me dé esta oportunidad de regresar a mi casa, a mi orquesta, que siempre ha creído en mí, es algo que no tiene precio. Desde que yo decidí que esta iba a ser mi vida, toda esta gente ha estado ahí, apoyándome siempre. Nunca han faltado seres extraordinarios que me han impulsado a seguir adelante… mi familia, mi profesor de canto William Woodruff, Antonio Barasorda, quien, aunque nunca fue mi profesor de voz, sí fue mi profesor de la vida y una roca firme… y esta orquesta, la Sinfónica, siempre ha sido mi casa.

–¿En que te pareces a la “María” de “West Side Story”?

Suspira…

–En su inocencia –asevera–. En siempre ver el bien en la gente. Me da trabajo ver lo malo, ver el problema, ver el conflicto. Siempre veo por encima de eso. Creo que eso me hace ser un buen ser humano, pero al mismo tiempo me ha traído problemas… me siento muy cómoda e identificada con el personaje. La historia de mi abuela paterna, Eugenia Trinidad, es muy similar a la de “María”… y me viene a ver cantar.

Para la temporada que ahora comienza –su tercera con la Deutsche Opera de Berlín– Meechot cantará cuatro papeles principales, “que debo aprender muy bien porque son roles que debo estar cantando el resto de mi vida”: “Liu”, en “Turandot”; “Micaela”, en “Carmen”; “Vixen”, en “The Cunning Little Vixen”, de Leos Janacek-; y “Pamina”, de “Die Zauberflote”.

Con el maestro Valdés

Luego de los cambios sustanciales ocurridos recientemente en la cúpula de la Corporación de las Artes Musicales, el maestro Maximiano Valdés señala que “nosotros tenemos la temporada diseñada y no nos han dicho que se vaya a cambiar algo… tenemos artistas contratados, hablados… y por ahora todo sigue adelante”.

–Lo nuestro es hacer música y estamos muy contentos con la oportunidad de seguir en ello, en una nueva temporada –comenta el director que entra ya en su novena temporada al frente de nuestra máxima institución musical–. Con este concierto inaugural dedicado a Bernstein nos sumamos a lo que están haciendo otras orquestas en el mundo. Yo tuve una relación personal con él de varios años… Bernstein estuvo casado con una chilena, amiga d mis padres de mucho tiempo… me acerqué a él a mis veinte años, en su casa en Nueva York. No estudié con él, pero más adelante nos encontramos en Tanglewood y luego cuando me nombraron director de la Orquesta Sinfónica de Búfalo, donde la relación se estrechó por su amistad con Lukas Foss. Lo conocí bastante de cerca, casi tanto como a Celibidache, quien sí fue mi profesor principal.

El maestro Valdés evoca a Bernstein como un ser al que lo unió “un gran afecto” y quien tenía una gran humanidad, contrario a otros grandes maestros, que suelen estar muy distantes”.

–Bernstein era un hombre muy cercano, que lo mismo podía ser enormemente generoso y cariñoso, que muy terrible –añade el maestro Valdés–. Lo conocí mejor en una época ya más desenfrenada de su vida. Cuando dirigía era eso ‘el todo’ y su relación con la música era algo absolutamente dionisiaco…. No solo era una entrega total, sino una suerte de “pathos”, que lo hacía salir de cada concierto destruido física y emocionalmente. Fue un personaje irrepetible, que actuó como bisagra entre un tiempo que se iba en Estados Unidos y uno que empezaba en Europa. Logró, como pocos, interpretar el tiempo cultural norteamericano.

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