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Foto del escritorMario Alegre-Barrios

Para Sie7e, hacer música 'es un acto de amor'


DESDE NIÑO, David Rodríguez Labault empezó a intuir la existencia de Sie7e, quizá desde mediados de los ochenta, cuando el disco compacto se asomaba en el horizonte y el elepé comenzaba a declinar. Lo conoció desde la ilusión, desde la inquietud, desde la vocación, sin imaginar jamás que muchos años después ambos se convertirían en la misma persona y que Sie7e sería el nombre artístico de David y de que David sería el nombre privado de Sie7e.

Nunca deja de ser Sie7e, como tampoco deja de ser David. El cantautor y el hombre, el artista y el esposo de Jessica, el famoso y el padre de Paola. El creador hace algunos años de “Tengo tu Love”, éxito que le abrió las puertas del mundo iberoamericano, y de “Wasamara”, su nueva composición y con cuyo vídeo apuesta a recuperar el paso que le permita seguir abriendo la brecha en el siempre sinuoso y mega competido mundo de la canción popular.

Y las cosas pintan muy bien para Sie7e: lanzado apenas el pasado viernes, el vídeo de “Wasamara” –realizado con la colaboración del artista colombiano Feid y el colectivo Icon– se acerca ya al millón y medio de visitas.

Conversamos con él esta mañana, durante su primera sesión de entrevistas con los medios como despegue de esta nueva etapa en una trayectoria puesta en suspenso brevemente luego de un luminoso arranque.

–¿Qué ves cuando miras hacia atrás? ¿Qué reflexión haces del camino recorrido hasta ahora?

–El otro día precisamente estaba pensando en eso… y siento como si hubiese vivido ya tres vidas –dice–. Y creo que me faltan unas cuantas más.

–¿Qué has aprendido de esas vidas? ¿Qué ha sido lo más importante?

–Bueno, lo que más aprecio ahora son los errores, porque es lo que ha ayudado a modificar para bien y aprender –dice–. Esos errores fueron las lecciones… todo lo que nos pasa es para que aprendamos, lo bueno y lo malo, pero por alguna razón creo que de los errores se aprende más rápido.

–¿De qué error has derivado tu mejor aprendizaje?

–Mmmmm… de tomar decisiones con prisa o con miedo –asevera–. La prisa es la peor consejera y el miedo está sólido en el segundo lugar. Tomar decisiones que no debí haber tomado.

–Ese niño que fuiste ¿qué soñaba ser de grande y en qué medida se han cumplido esos sueños?

–El niño quería ser músico desde muy temprano… ya en la pre adolescencia lo sabía –apunta –. Ser “personality” o “celebrity” era algo que no estaba en mi cabeza en esos momentos, pero fue algo que tuve que incorporar al sueño para lograr las cosas que anhelo. Antes era solo “quiero ser músico” o el “mejor guitarrista que pueda ser”, pero en algún momento del camino me di cuenta de que eso no era suficiente, que también quería decir cosas porque descubrí que no estoy en el mundo solo para hacer música, sino también para tocar vidas. Cuando se ven así las cosas, hay que alcanzar una masividad y para ello es que vale la pena ser un “celebrity”, un famoso.

"Mientras Puerto Rico siga dividido, seguirá sufriendo. No es cuestión de estatus o de quién gane. El problema es lo divididos que estamos… no importa el color. Nos dividieron, nos hicieron sentir chiquitos y, mientras esto siga pasando, nada cambiará para bien"

Sie7e

 

–Ser famoso, ser celebridad tiene un precio alto, a veces demasiado… implica perder privacidad, ceder espacios, ceder tiempo, ceder libertad. ¿Cómo has manejado esos procesos?

–Desde antes de que mi música “funcionara” y me hiciera más popular y conocido en ciertos lugares, he sentido que mi privacidad solo existe en mi cabeza –sonríe–. Por eso esa parte no me preocupaba tanto. Que alguien me interrumpa en un restaurante y me pida una foto tampoco me molesta… soy gregario, me gusta la gente, soy muy sociable. Así que por ese lado tampoco me molesta. Por otra parte, que te traten así, que te demuestren el cariño así, es de las cosas más lindas. De lo mejor que tiene este trabajo es que la gente, cuando se me acerca, me muestra su mejor cara. Es una gran suerte, una bendición, me parece muy “cool”. Quien se mete a esto y no le gusta que lo retraten y que lo interrumpan, que se dedique a otra cosa.

–Mencionas entre tus grandes influencias a Facundo Cabral y Silvio Rodríguez… ¿de que manera te marcaron artistas como ellos?

–Facundo y Silvio… y John Lennon y Bob Marley y Bob Dylan. Y te puedo decir unos cuantos más…

–¿Tan viejo eres?

–Tengo 40 años… el veganismo ayuda –asevera–. Todos estos artistas me gustan porque se dedicaban a la música y al entretenimiento, pero también a tocar vidas. A través de su música se percibía ese deseo de hacer algo más grande. Son mi inspiración total, aunque en términos musicales algunos de ellos sean otra cosa y tengan muy poco que ver con lo que es mi música.

–Hace alrededor de tres años todo el mundo hablaba de Sie7e… y eras un “trending topic”. De momento te “guardaste”, te perdimos de vista… ¿por qué? ¿qué pasó en el proceso y qué provocó que ahora salieras de ese ostracismo?

–La canción es lo que determina eso –dice–. Todas las canciones son para mí igualmente queridas, son como hijos, pero uno suele saber qué canción puede servir como punta de lanza para que todas las demás sean escuchadas y tengan una mejor oportunidad. Esto fue lo que pasó con “Wasamara” (un neologismo fonético a partir del enunciado en inglés “What’s the matter?”, o “¿Qué es lo que pasa?”, “¿Cuál es el asunto?”), que empezó como una broma y me pareció impresionante el “gravitas” que tenía esta canción comparada con las demás. Hablamos con los de la disquera y la aceptación fue unánime. Esta canción fue la que determinó este regreso. Ya por la prisa había cometido el error de sacar un álbum a destiempo. Y funcionó, pero no tanto, porque no había ese “gravitas”. Ahora todo está alineado. Aprendí a ser paciente.

–Estudio versus escenario… ¿cómo te enfrentas a estos espacios tan distintos, con todos los pro y los contra que cada uno entraña?

–Son diferentes y ambos me gustan –dice–. El estudio es más como un laboratorio, todo más de cerca y controlado. Más intimidad. En el escenario eso no existe. La primera fila está a veinte pasos de uno, pero se siente esa ola de energía que viene hacia uno. ¿Sabes lo anormal que es, física y metafísicamente, que haya un lugar cuya energía y atención van dirigidas hacia un solo individuo en el centro del escenario? El “shock" que es eso, o te vuelve loco o lo usas para bien y te conviertes en parte de esa comunidad. Te diría que el “show” en vivo es siempre mi favorito, con todas las imperfecciones y problemas que pueda tener.

–El público que te ve en un escenario y te escucha una noche cantar, digamos “Wasamara”, la disfruta, se va a su casa y quizá no escuche de nuevo esa canción en varios días, pero tú, en una gira, la tienes que cantar quizá todos los días… ¿cómo evitas caer en la rutina de la interpretación, en el posible aburrimiento que puede plantear hacer lo mismo todos los días?

–Amor y más amor –dice de inmediato, con certeza absoluta–. Cuando tienes una pareja en una relación saludable, ¿qué hace que esa persona no se canse de ti después de diez años? Amor… ganas de seguir estando ahí. Con la música, en menor escala, pasa lo mismo. Cuando estoy en una gira en las que estoy cantando las mismas canciones todos los días, cierro los ojos antes de empezar y recuerdo por qué estoy ahí. Pienso en que la persona que está ahí esa noche, en ese momento preciso, salió de su casa, pagó un boleto y quizás hizo un sacrificio enorme para llegar. Entonces sé que tengo que cantar con la misma energía, no de manera mecánica, sino emocionalmente en el mismo lugar que cuando la compuse. Cada persona se merece eso. Es un acto de amor, no hay otra explicación.

–¿Qué planes hay con ‘Wasamara”? ¿Cuál es tu apuesta con este tema y su vídeo?

–Esta es una canción que demuestra lo importante que todo esto es para mí y para mi carrera, pero a la vez muestra que no nos estamos tomando demasiado en serio –dice–. El vídeo así lo expone… jugamos, peleamos, actuamos, cantamos, bailamos, en fin… Hago cosas que en mi vida cotidiana jamás haría. Si tengo una diferencia contigo, te invito a hablar, no te rompería una botella en la cabeza, como sucede en el vídeo. Me siento en confianza con el público para hacer cosas así. Habrá quienes se pregunten por qué estoy haciendo esto, pero mucha gente sabe cómo soy y me puedo dar la libertad de jugar, de no tomarme tan en serio. Nos divertimos mucho en el proceso y espero que a la gente le suceda lo mismo al verlo.

Sie7e viajará con “Wasamara” en gira de promoción por Centro y Sudamérica, México y España. Después, conciertos en vivo con una agenda aun por diseñar.

–¿Y tu tierra, Puerto Rico?

–Por algo empezamos aquí… Esta es la primera actividad de entrevistas –dice–. Todo empezó aquí. Cuando pegó “Tengo tu love”, la canción que marca que mucha gente me conozca, empezó en Puerto Rico y se hizo internacional desde aquí, cuando empezó a sonar tanto. Cuando me preguntan cómo es que alcanzo la internacionalización, la respuesta es por la gente. Ahora tengo el apoyo de una multinacional, que lo sube a sus plataformas y lo lleva a todos lados, pero en aquel momento, un milagro total, que comenzó aquí.

–Has vivido la transición en el mundo de la música grabada… esta transformación meteórica que viene quizá desde el disco compacto, pasando por iTunes hasta llegar a la nube, Spotify y Pandora… ¿cómo has vivido el proceso y de qué manera te enfrentas a este nuevo paradigma?

–Con Spotify ya no hay que comprar la música… lo que se dedican a este negocio deben seguir reinventándose –comenta–. El reto es ver cómo se monetiza para que siga siendo un negocio. El dinero tiene su uso y hubo momentos en los que yo tuve una relación rara con él porque me parecía que lo corrompía todo. Pero el problema no es el dinero, sino el uso que algunas personas le dan. Desde que hice la paz con esto, todo está fluyendo mejor para mí. La música está en constante evolución… lo que no cambia es cómo hacemos música los que la hacemos y el destino final que eso tiene, que es ser escuchada por alguien. Lo que ha cambiado es lo que pasa en medio, el soporte, el negocio. Para mí, el premio mayor sigue siendo la presentación en vivo.

–¿Qué ves cuando miras al frente?

–Me gusta lo que veo… no será fácil, pero me gusta –dice–. Veo una buena temporada para mi familia y para mí. Para la música, creo que la transición se ha comenzado a asentar y, por primera vez en mucho tiempo, la industria de la música está recuperándose, lo que implica que pueden seguir apoyando a tipos como yo. Siempre sentía que era un pájaro raro y ahora de repente, cuando ven que tengo el respaldo de un sello multinacional, piensan que algo bueno debo tener.

–¿Eres optimista con tu país?

–Sí, soy optimista con Puerto Rico pero soy pragmático –asevera–. Mientras Puerto Rico siga dividido, seguirá sufriendo. No es cuestión de estatus o de quién gane. El problema es lo divididos que estamos… no importa el color. Nos dividieron, nos hicieron sentir chiquitos y, mientras esto siga pasando, nada cambiará para bien.

 

Foto y vídeo: Eileen Rivera-Esquilín

 
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