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  • Foto del escritorMario Alegre-Barrios

Paula Herrera Nóbile reflexiona 'La belleza ilegal'


VINO POR PRIMERA vez a Puerto Rico hace tres años, regresó en el 2016 y ahora, en su tercera visita a la Isla, la artista multidisciplinaria argentina Paula Herrera Nóbile dice que no acaba de comprender cabalmente nuestra situación política ni los nexos que tenemos con Estados Unidos, complejidad que encuentra alucinante y fuente también de profunda empatía.

Le digo que no hay esperanza, que yo llevo casi cuarenta años aquí y tampoco los entiendo. Se ríe.

Paula ofrecerá mañana sábado –desdes las 2 p.m., en la Fundación Casa Cortés del Viejo San Juan– el diálogo reflexivo “La belleza ilegal”, charla que se ubica en el contexto de la exposición colectiva Corporalidades que se despliega en la Sala Ignacio Cortés del Valle de la sede de la Fundación. Durante este encuentro, Paula reflexionará junto con el público sobre el papel “de la artista latinoamericana y sus múltiples manifestaciones del cuerpo femenino, enfrentadas a las barreras y expectativas sociales”.

Paula es también directora e investigadora y, desde el 2008, tiene en Buenos Aires su propio espacio-estudio llamado Granate, que se ha desarrollado como una suerte de laboratorio y recurso para “la investigación sobre los nuevos conceptos de lo que se llama Arte, en especial cómo se produce y cómo se entiende”.

Como parte de su trayectoria Paula ha recibido el premio de la Feria de Libros de Fotos de Autor por su publicación "Autorretratos en 5 segundos”, y ha publicado en varias revistas de fotografía y dossiers, como “Cámara oscura” y “Photography Museum of Humanity | an interview” (2014). Asimismo, ha trabajado en cine, televisión y teatro comercial y forma parte de Escena, espacios escénicos autónomos, una agrupación de espacios independientes y autónomos de la ciudad de Buenos Aires”.

La primera visita de Paula a Puerto Rico –en el 2014– se dio en el contexto de un proyecto de intercambio con Helen Ceballos –la directora actualmente de Casa Ruth, en Río Piedras–, quien viajaba por el mundo y tomaba clases con Paula en Buenos Aires.

–Eso fue el 2012, cuando Helen tomó conmigo unos talleres de 'performance' en Argentina –explica Paula–. A raíz de ese vínculo, nació la amistad y entonces ella me propuso conocer su país, para que sus colegas y amigos me conocieran y yo compartiera con ellos algunas de las experiencias artísticas que nosotras habíamos tenido.

Paula reconoce que antes de esa primera visita a Puerto Rico conocía muy poco de la Isla y que, aunque ha avanzado bastante, los enigmas aún persisten.

–Nunca he podido descifrar cuál es la manera como ustedes se vinculan a su situación política, para mí eso es como todo un incordio, pero a la vez me fascina –comenta–. Esa contradicción me hace sentir mucha empatía... es un país que percibo colonizado y, para no hablar de política, en el plano personal, es muy interesante gestionarme a mí misma en estos lugares a los que no pertenezco realmente. Por un lado, está toda esta realidad que tiene que ver con la relación de dependencia o colonial, pero al mismo tiempo con toda la gran riqueza artística y cultural que ustedes tienen. Y también la naturaleza. Es un lugar muy hermoso, a veces cuando siento ese viento poderoso, digo “¡claro, es una isla!”… y la presencia siempre de mar y el clima. Nunca antes había estado en el Caribe. Los colores son muy diferentes.

Respecto al diálogo de mañana, Paula explica que hablará de temas como la institucionalidad en el arte, de lo que ella considera bello y de lo que no está autorizado.

–Esto es algo que tiene que ver con lo que es legitimar a través de mi trabajo artístico, legalizar eso que yo soy –explica–. A veces me veo o me ven “fuera de lugar”, y me encuentro frente a un espejo que es el otro y que a veces veo como un gran agujero negro… es también mi espacio de búsqueda, mi objeto de deseo, ese lugar en que el yo quiero nadar, ese lugar que yo quiero conquistar. A veces pienso que lo bello sería lo otro y al mismo tiempo eso otro es algo muy difícil de alcanzar, y en el proceso de ese trepidar intento construir.

En esa búsqueda perpetua de lo que es tan elusivo –ese espacio de alguna forma utópico– Paula a veces siente que llega a puerto por unos instantes y la desazón se disipa también fugazmente.

–Ocurre así cuando toma forma algo que estaba en mí y yo lo puedo ver –señala–. Eso es lo hermoso que tiene la construcción en el arte, que subliman y se revelan cosas que uno mismo no sabe que existían. Por un segundo lo veo y algo en mí se alivia, descansa y digo “¡ahí estoy, en ese pedacito de piel, en esa relación... ahí estoy!”, y yo tomo una forma que es la correcta y es como si todo encajara en el mundo, y de pronto todo se diluye, se difumina… hasta la próxima ocasión, en una búsqueda que no es tan circular, sino realmente espiralada, como si pasara por los mismos lugares, pero en otros planos.

Los interesados en obtener más información sobre la actividad, pueden comunicarse a (787) 523-4642 o escribir a fundacioncasacortes@gmail.com.

La Fundación Casa Cortés se encuentra ubicada en el segundo y tercer piso del edificio Casa Cortés, en la Calle San Francisco 210 en el Viejo San Juan. Abre libre de costo al público los jueves, sábados y domingos de 11:00 a.m. a 5:00 p.m. Sus páginas son: www.casacortespr.com y www.facebook.com/fundacioncasacortes.

Comparte su sede la Casa Cortés con el restaurante ChocoBar, localizado en el primer piso y abierto al público todos los días de 8:00 a.m. a 8:00 p.m. para ofrecer una suculenta gastronomía confeccionada con un ingrediente en común: el chocolate.

 

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