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  • Foto del escritorMario Alegre-Barrios

'Secretos prohibidos' de gala en ruta a Nueva York


ESTAMOS EN EL ensayo del lunes pasado. No están todos, solo la mitad del elenco. Repasan una y otra vez una escena, luego otra y al final las dos corridas. El proceso, la construcción de los personajes a partir de la memoria.

–Hay voluntad, pasión, hacemos lo que nos gusta, si no, ¿para qué hacerlo? –dice Rosabel Otón–. Nos lo disfrutamos y bien sabemos que en la repetición está la búsqueda de la perfección.

Así comienza la conversación con varios de los actores y actrices que este fin de semana se presentan en la puesta en escena de Secretos prohibidos, obra de Tere Marichal estrenada con gran éxito en el 2014 que regresa con funciones el viernes y el sábado a las 8 p.m. el domingo en una gala a partir de las 4 p.m. en el Teatro Victoria Espinosa en Santurce, en una producción de la Compañía Teatro Círculo, bajo la dirección de Rosabel Otón.

El elenco de esta comedia del arte está integrado por Joealis Filippetti, Yaiza Figueroa, Rosko Jaime, Ramfis González, Julio Ramos, Leslie Van Zandt, Iliana García, Rosabel Otón, Thais María, Martín Alicea, Florivette Rosario y Génesis Taveras. El diseño de la escenografía y la iluminación están a cargo de Checo Cuevas, y el vestuario de Vilma Martínez. Las coreografías son de Maritza Martínez, con Alba Taína Ortiz como responsable de la utilería.

–¿Cuál es la razón para presentar nuevamente esta obra?

–Nos invitaron a Nueva York para presentarla entre el 21 y el 23 de abril y pensamos entonces en hacer una función para recaudar fondos para ese viaje –dice Rosabel–. Teatro Círculo nos propuso entonces hacer otras dos funciones que esta compañía ya tenía en agenda. La del domingo 26 es una producción de nuestra compañía A la porra. Vamos a confiar en que, como ya sucedió antes, el público done lo que pueda en unos sobres que habrá en cada programa. Somos catorce en total para el viaje y el gasto es muy elevado.

Esta obra se estrenó en el 2014 como parte del Festival de Teatro Puertorriqueño de ICP, el elenco es casi el mismo, con excepción de Gerardo Ortiz y Jonathan Amaro, quienes en esta ocasión no están por otros compromisos.

–En el 2014 hicimos seis funciones, siempre con más gente, fue muy exitosa y de ahí surgió la invitación de Edgar García, el administrador del Teatro de la UPR, y el 4 de septiembre de ese año llenamos la sala, una experiencia extraordinaria –dice Rosabel.

Les menciono la magia de saber enamorarse de los procesos, en este caso, de los ensayos.

–La palabra en francés para ensayo es “répétition” –dice Ramfis–. Y eso es una parte fundamental de este oficio. Así es como uno se va metiendo en el personaje y, una vez esto se logra, el personaje camina solo.

–Hay algo del personaje que siempre es de uno, que es lo que uno pone –reflexiona Rosabel–. En ese proceso va observando todo lo que ocurre en el entorno y se va tomando un poquito de aquí y de allá. Siempre es un proceso de descubrimiento.

–La comedia tiene una particularidad –explica Ramfis–. En una función el público se puede desternillar de la risa con algunas cosas y en otra función la gente no se ríe de eso, pero sí de algo que no causó risas en la anterior. Puede ser desconcertante para uno como actor, pero es bueno que suceda, porque uno no puede aprovecharse de eso para enfatizar en aquello que un día hizo que el público riera, porque puede dañarlo.

–Julio, ¿qué es lo que más te gusta de tu personaje?

–Lo irreverente que es –responde.

–Porque se parece a ti –dice Rosabel.

–Bueno, sí… uno siempre le mete cositas de uno –acepta–. Me gusta mucho, porque en este estilo de teatro, se permite la interacción con el público, improvisar un poco, romper “la cuarta pared” y hablarle directamente. A los personajes de los viejos, que se hacen con máscaras, se les permiten más cosas y, a la vez, son también un poco más complicados…

–Tienes que completar la máscara con todo el cuerpo –interviene Rosabel–. Oír y ver con todo el cuerpo y pensar que estos personajes siempre están al borde de algo, sobreviviendo y tratando de quitarle algo al otro… pensar que el piso esta caliente es bueno porque da al actor un sentido de incomodidad, contigo, con el otro y con todo lo que te rodea. También es una especie de locura, como reflejo de la esquizofrenia que vive el país, el mundo entero. Eso es propio de un género como la comedia del arte. Y todo siempre por alguna clase de amor… amor al dinero, amor al poder, amor a la comedia, pero siempre para despojar a alguien de algo.

–Otra cosa interesante del texto de Tere es que logra esa interesante mezcla en la que algo como la comedia del arte se mezcla con comentarios muy agudos que aluden a lo que pasa en nuestra realidad actual –comenta Julio.

–Ese es el estilo de la comedia del arte –dice Iliana–. Aprovechaba situaciones que estaban ocurriendo para comentarlas en escena. En el caso de lo que escribe Tere, no solo criolliza ciertos parlamentos y situaciones, sino que también hace comentarios específicos de índole social y político. También tenemos un espacio, aunque no demasiado grande, para la improvisación.

–Iliana, ¿qué es lo que más te gusta de tu personaje.

–A mí me encanta actuar por jugar y mi personaje me da espacio para eso, para estar una zona que, al no ser de mi cotidianidad, me reta.

–Y también se parece a ella –dice Julio.

Risas...

Al lado de actores fundacionales como estos, hay espacio para la nueva savia teatral, como es el caso de Florivette Rosario, quien acepta que trabajar junto a estas figuras fue un poco intimidante al principio.

–Ya he entrado más en confianza con ellos, pero al principio era como un perrito recién llegado –dice con una sonrisa–. Son veteranos y yo recién graduada de la universidad, así que no fue fácil para mí, pero a la vez sí, porque me han ayudado mucho y he ganado seguridad en el proceso.

–Es que cuando nosotros comenzamos, también lo hicimos como ella, junto a artistas de mucha experiencia, con gente que yo veía en la televisión, en las telenovelas o en el teatro –comenta Julio–. Y años después me veo nuevamente al lado de ellos y me doy cuenta de que es un honor y un privilegio.

–Para mí es bien chévere porque es una experiencia muy importante para aprender –dice Alba Taína Ortiz–. Yo no estoy como actriz en este proyecto… he trabajado en esta obra las dos veces anteriores que se ha presentado y en ésta, como utilera y, básicamente por ‘presentá’, porque siempre vi la promoción y llamar a Rosabel para saber cuándo me pensaba llamar. Una de las cosas que me gusta de esto es estar todo el tiempo corriendo haciendo algo, ser la “resuelvelotodo”, desde un peinado hasta arreglar o cambiar algo que se rompió. Esto lo tengo desde la barriga de mi madre… soy así.

–¿Quiénes son tus padres?

–Alba Taína es hija Javier Ortiz y Karen Oliveras, de El Mundo de los Muñecos –dice Rosabel.

–Rosabel es quien lleva el batón en este tipo de teatro de comedia del arte y por eso fue que decidimos montar esta compañía en el 2012 –dice Maritza Martínez, responsable de las coreografías de esta puesta en escena–. Por eso, cada vez que ella monta una producción yo la ayudo. Ahora estoy haciendo las coreografías y ayudando también con el vestuario.

Como parte de este esfuerzo de recaudación de fondos, el artista plástico José Luis Vargas creo una serigrafía. Tiene un costo de $100 y está firmada por él. Estará a la venta durante estas funciones.

Recuerde, la gala del domingo es muy importante. Para boletos puede llamar al 787.792.5000 ó al 787.998.1111. Por internet www.tcpr.com.

 

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