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  • Foto del escritorMario Alegre-Barrios

Gerardo Lamadrid Castillo y la ubicuidad de la poesía


PERTENECE A LA “Generación Z” y solo pensé en eso casi el final de la entrevista, no cuando Gerardo José Lamadrid Castillo me dijo su edad, sino en el momento en el que me habló de sus hábitos de escritura, un poco de ciencia-ficción para cualquiera que –como yo– hubiese escrito su primer cuento en una maquinilla Ramington mecánica, con teclas, tipos como en abanico y un carro viajero de rodillo con un timbre para anunciar la llegada al margen del papel.

También pensé en eso cuando llegué a casa y leí algunos de los poemas de su libro Retratos hispánicos (Poemas sin rumbo) –que se presenta este jueves a las 7:00 p.m. en la Sala de Convenciones del Centro de Bellas Artes de Caguas– porque son textos maduros, articulados, poesía con una arquitectura en la que el fondo y la forma se abrazan de una manera tal que una sin la otra sería no ser.

La presentación estará a cargo del Dr. José Rivera González, con algunas palabras del alcalde de Caguas, William Miranda Torres.

–En mi casa siempre ha habido muchos libros y me gustaba leer, pero no tanto, prefería ver la televisión –dice Gerardo José, quien recuerda que el primer libro que leyó completo fue Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez–. De niño jugaba mucho balompié y en algún momento pensé en la arquitectura como una opción profesional, quehacer que, siento, tiene similitudes formales con la literatura.

Con esta pasión muy natural por la palabra, Gerardo José encontró el espacio para pasar de lector a escritor en el Colegio Católico Notre Dame, en Caguas, como estudiante de escuela superior y participante en los certámenes literarios que el Departamento de Español de esta institución organiza anualmente.

–El primero en el que participé fue en el 2012, cuando yo tenía catorce años de edad –explica-–. Las maestras apoyan mucho a los estudiantes para que escriban. Empecé con ensayos, luego algunos cuentos, hasta que le cogí el gusto a la poesía. Participé en varios de esos concursos, gané algunos premios que me sirvieron de mucho estímulo y desde entonces he seguido trabajando en mi poesía y explorando.

Gerardo José actualmente estudia en Vassar College, en Nueva York, y espera terminar una concentración en Inglés, que podría ser una doble concentración si se decide también por la filosofía.

Respecto a su vocación por la poesía, Gerardo José –hijo de Eduardo Lamadrid Aguilar y Doris Castillo Gómez– explica que su inclinación hacia ella tiene mucho que ver con la libertad creadora que le da.

–Hay ciertos aspectos de la poesía como forma artística que trasciende los linderos de la literatura y que se relacionan con sus posibilidades audiovisuales –apunta–. Me encanta leer, pero siento que mi forma de arte favorita es el cine, en el que se funde lo que se ve con lo que se escucha. En la poesía a mí me gusta mucho eso, jugar con los textos, cómo diseñar el poema, dónde poner espacios, dónde romper el verso. Para mí es un placer enorme jugar con esto.

Retratos hispánicos (Poemas sin rumbo) tuvo su génesis en uno de los viajes a España en el cauce de las Jornadas de Lengua Española y Cultura Hispánica, auspiciadas por el Colegio Católico Notre Dame, de Caguas y el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados de Madrid.

–El primero fue en el 2014 y el segundo en el 2015 y fue en este último, debido a que ya era mayor mi afición por la escritura, que decidí documentar el viaje –comenta–. Originalmente consideré hacerlo con un cuento, pero terminé haciéndolo en verso, con poesía. España es un país muy poético, las cosas que vi en el viaje fueron muy inspiradoras. Norwill Fragoso, quien fue mi profesora de drama y de oratoria en español e inglés, nos regaló para el primer viaje una libreta con una cámara en la tapa… y ahí comencé a escribir varios de los poemas y de ahí sale este proyecto.

Durante ese segundo viaje, a través de Basilio Rodríguez –editor del libro y presidente del grupo Sial Pigmalión en España- esta editorial le hizo el acercamiento a Gerardo José para que plasmara un libro sus experiencias en la llamada “Madre Patria”.

–Cuando eso sucedió estaban pasando muchas cosas en mi vida –dice el poeta–. Los viajes, amores perdidos y encontrados, conflictos personales, procesos de aprendizaje… en fin, cosas que fueron fuente de mucha inspiración y que me sirvieron para no ver con temor una fecha de entrega para el proyecto. Me hicieron la invitación en noviembre del 2015 y debía terminar en marzo de 2016. Lo terminé a finales de enero, en solo dos meses escribí el poemario.

La primera parte del libro –Retratos hispánicos– está dedicada precisamente a ese segundo periplo por España, mientras que la segunda –Poemas sin rumbo– los temas son más libres, todos escritos y publicados en orden cronológico, con una resonancia muy vivencial respecto al fluir de cómo ocurrieron los hechos que los inspiran.

–Este libro fue premiado con su publicación, en la celebración del vigésimo aniversario del grupo Sial Pigmalión –añade Gerardo José–. Tengo varios proyectos guardados para los que estamos viendo la manera de publicarlos, de poesía también. No creo que el hecho de que mi primer libro haya sido premiado me ponga una vara muy alta para lo que haré después, porque confío mucho en mi poesía. Este libro ya lo he leído dos veces recientemente y, para una segunda edición, habrá poemas corregidos. De la misma manera que veo algunos que me gusta mucho tal como están, hay otros que me hacen pensar “¿por qué escribí eso así?”. Además, cuando fui recientemente a la presentación del libro en Madrid, visité Salamanca y escribí un poema sobre esta ciudad que no había visitado en los primeros dos viajes y que quiero incluir en la segunda edición.

Y entonces llegó la inesperada revelación de Gerardo José: él escribe sus poemas en su teléfono celular, específicamente en la aplicación de Notas de un iPhone 6.

–El principio de Retratos hispánicos lo hice en la libreta que nos regaló la profesora Fragoso, pero lo continué en el celular –explica–. Y no me gusta escribir a mano, creo que es porque no me gusta mi caligrafía. Encuentro el celular muy conveniente para la primera versión de los poemas. Una vez los tengo listos, me los envío por correo y entonces los edito y trabajo su arquitectura en la computadora, usando Word. ¡Escribir en el celular es el futuro! En Notes del celular se escribe en bloque, alineado a la izquierda, sin la posibilidad de hacer sangrías. Ahí es donde el poema suele decirme cuando ya he dicho todo lo que tenía que decir.

Admirador de Miguel Hernández, Julia de Burgos y Eduardo Lalo, Gerardo José finaliza la charla reafirmando su amor por la poesía.

–La amo porque dentro de la literatura es lo que mejor se me da –señala–. Me siento muy cómodo en la poesía, me da mucha libertad y la posibilidad de jugar y explorar las palabras, trabajar con lo que se dice y con lo que no se dice. La poesía tiene una gran flexibilidad semántica y gramatical. Con ella puedo acercame al lector de una manera que trasciende la lectura del libro y provocar su reflexión.

El proceso de escritura de Gerardo José me dejó intrigado, tanto que intenté escribir esta entrevista en mi celular, en la aplicación de Notes en mi iPhone 6. No pude. Fracasé. Me atasqué. Me dio un ataque de ansiedad. Se me fue el aire. Eso no es para los baby boomers.

 

Calce: En la segunda fotografía, Gerardo José Lamadrid Castillo, junto al alcalde de Caguas, señor William Miranda Torres.

 
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