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  • Foto del escritorMario Alegre-Barrios

La Dra. Ninfa Watt y su apuesta al buen periodismo


Fue el día del apagón -el miércoles pasado- cuando conversé con la doctora Ninfa Watt. Fue en la estación radial de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, en Ponce, el único lugar viable del recinto por tener generador eléctrico. La entrevista fue casi un milagro -yo que no creo en ellos, ella obviamente que sí- con la intervención poco menos que divina de Jalibeth Rodríguez -la directora de Comunicaciones de la PUCPR- quien me rescató de la marea de centenares de vehículos que salían de la institución a media tarde, justamente cuando yo entraba.

Risueña, de mirada azulísima y una cabellera plateada que continuamente acomoda sobre sus oídos, la doctora y periodista Ninfa Watt -catedrática de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR)- estuvo en Puerto Rico hasta el domingo pasado por invitación de la PUCPR para dictar las conferencias “Los medios de comunicación como agentes de cambio social” y “El cine, ¿espejo o configurador de la sociedad?”, proyecto que -pese a la emergencia en la Isla- pudo llevarse a cabo y adelantar una reflexión en torno a estos temas tan pertinentes y con tanta vigencia en nuestra realidad.

En su primera visita a nuestro país, la doctora Watt comenta que a la distancia siempre tuvo de Puerto Rico la noción de que se trataba “de un lugar en el Caribe con una situación muy especial respecto a Estados Unidos pero con una vinculación muy grande con España, donde se quiere mucho” a la Isla. “Cuando me invitaron a venir, leí todo lo que pude para conocer mejor toda esa historia y vida cultural tan rica que tienen, aunque la cuestión política con Estados Unidos es muy singular, curiosa y un poco difícil de entender”, señala. ‘Vine con la curiosidad de saber, no solo cómo percibo yo esa realidad, sino también de cómo lo perciben ustedes. Más allá de esto, es sin duda una isla muy hermosa, con tanto verdor y tanto azul que desde que se va llegando en avión se ve espectacular, en contraste con tantas zonas en España que han perdido ese aspecto”.

“Creo que esta reflexión es lo que mueve mi sentido de misión en el periodismo: querer contar bien verdades que pueden ayudar a la sociedad a llevar una vida más plena”

Dra. Ninfa Watt

 

Con una infancia enmarcada en una familia muy numerosa, esta madrileña de padre británico y madre gallega, es la menor de ocho hermanos como parte de un clan en el que desde muy temprano aprendió lo que era compartir lo poco que se tenía. “Mi madre murió cuando yo tenía solo un año y mi padre quedó a cargo de seis niñas, la mayor de ocho años”, recuerda. “Luego mi padre se volvió a casar y tuve dos hermanos más. Mi familia ha sido como una escuela de convivencia que me ha enseñado lo que es ser ciudadano”.

Ser médico fue uno de los primeros sueños que tuvo la niña que Ninfa fue,“para quitarle el dolor a la gente”, dice, pero con el tiempo se dio cuenta de que no serviría para eso porque me implicaría excesivamente en lo emocional. También quiso estudiar Arquitectura, hasta que un profesor le revelo lo que entrañaba el mundo de las Humanidades y hacia ahi se dirigió. “Me dediqué a las letras y no me arrepiento”. asevera. “De adolescente tenía todos mis planes profesionales bastante bien definidos, con una carrera y el deseo de realizarme hasta las últimas consecuencias como persona, como mujer y como cristiana, formar una familia -le encantan los niños- pero súbitamente tuve el llamado de una vocación religiosa que trastocó todos mis planes completamente y eso me situó de otra manera en la vida".

No obstante, el cambio no la apartó de aquella primera vocación infantil por ayudar al prójimo. Convertida en teresiana, al terminar el noviciado Ninfa se dedicó a reanudar y culminar sus estudios en filología hispánica y lengua, para entonces comenzar a dar clases a nivel de escuela superior.

¿Y el periodismo cómo llega a su vida o cómo usted llega al periodismo?

Sonríe.

“Le estoy contando cosas muy personales, casi como una confesión”, comenta.

Tranquila, le digo, nada de esto es pecado y tampoco tengo vocación de cura…

Vuelve a sonreír…

“En la escuela donde daba clases dibujaba cosas para los niños, y poco a poco me fueron pidiendo que escribiera historias, hasta que terminé en la editorial que teníamos en Barcelona”, apunta. “Me encanta el trato directo con la gente y así empecé a entrevistar a escritores de literatura juvenil, a hacerles fotos y a diseñar las páginas que publicábamos, pero me sentía un poco intrusa porque no había estudiado eso. Entonces decidí conocer lo que sabían los periodistas cuando hacían lo que yo hacía por intuición”.

Inspirada por la certeza de que “el Evangelio es lo más bonito y esperanzador, pero suele estar mal contado”, Ninfa abrazó como misión “hacerlo bien”. “Hay medios que pueden estar muy bien montados pero que transmiten basura, de la misma manera que existen publicaciones de la iglesia con grandes fallas”, afirma. “Creo que esta reflexión es lo que mueve mi sentido de misión en el periodismo: querer contar bien verdades que pueden ayudar a la sociedad a llevar una vida más plena”.

Con una vastísima experiencia en prensa escrita, radio, televisión y cine, esta doctora en Comunicación graduada de la Universidad Pontificia de Salamanca sostiene que fue precisamente mientras se formaba en este oficio cuando reconoció la certeza “de la necesidad tan grande que tiene la sociedad de buenos periodistas”. “Los medios de comunicación tienen el poder de contribuir a humanizar la sociedad”, reflexiona. “Estamos incomunicados, rodeados por una muralla de sobreinformación, con un torrente de datos carente de filtros profesionales”.

“Esperemos que, con el tiempo, -agrega- las cosas retornen a ciertos cauces, que no serán en modo alguno los anteriores. Tenemos que trabajar para que lo bueno de la época dorada del periodismo y sus valores eternos armonicen con los tiempos que vivimos. Que todo mundo pueda publicar no quiere decir que estemos más y mejor informados. Esto es un engaño. Los valores fundamentales del buen periodismo no cambian con las redes sociales y con toda esta llamada ‘democratización de la información’. Es vital hacer periodismo con criterios óptimos anclados a principios fundamentales. No toda la gente tiene ‘una cabeza bien amueblada’ para poner en práctica los criterios que hacen del periodismo el valiosísimo oficio que es”.

¿Hay esperanza?

“Creo que sí, pero una esperanza consciente de que va a ser difícil y que hay que enfrentar muchas dificultades”, finaliza. “Si no pensase que el periodismo tiene un mañana, no estaría dando clases a los futuros periodistas. Hacer lo que hago es una apuesta al buen periodismo”.

 

Fotos: Cortesía de Jalibeth Rodríguez / Directora de Comunicaciones de la PUCPR

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