Tienen la certeza de que lo que hacen incide en la sociedad, de que su trabajo lleva belleza al público, de que su pasión por vivir puede ser contagiosa y transformadora, razones que han sido el cauce de una trayectoria que vuelve a tener este fin de semana -en la Sala de Drama René Marqués del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré- estación para compartir con nuestra gente el fruto del proyecto que ha sido dar continuidad al Balleteatro Nacional de Puerto Rico, esta vez con el estreno en el país de la versión completa de Le Corsaire, con funciones este sábado a las 8 p.m. y el domingo a las 4 p.m.
Esta producción de Ballet Teatro, Inc. tiene en los papeles estelares a Tatiana Rodríguez, Daniel Ramírez, José Rodríguez y Luis Víctor Santana, como artista invitado de Ballet Concierto. Junto a ellos se presentan también nuevos valores como Courtney Stohlton y Elmer Pérez, junto a un elenco de alrededor de sesenta bailarines, con una escenografía a cargo de los eternos Nemesio Canchani y Sylvia Levy, con Caroline Pacheco a cargo de la utilería, Lourdes Gerena del vestuario y Luis Martínez en los tocados.
“Este es un proyectazo que responde a la intención que siempre he tenido de hacer cosas diferentes”, dice José Rodríguez, quien también es el director artístico de la compañía. “Ya había hablado de esto con María Carrera, que en paz descanse, y ella me dijo que eso era lo que tenía que hacer, porque se suelen hacer los mismos clásicos, y que es necesario buscar nuevas avenidas para nuevos repertorios clásicos que casi nunca o nunca se hacen, como pasó este mismo año con “La hija del faraón”, que lo hicimos con los miembros de la escuela. Quería hacer algo nuevo con la compañía, pero no sabía qué. Hace tiempo ya le había hecho una propuesta a Bellas Artes para hacer Corsario, en la celebración de sus treinta años (del complejo) pero no se pudo dar. Ahora lo volvimos a intentar y se nos ha dado. Es una gran oportunidad de ofrecer a Puerto Rico algo nuevo y diferente, además de que para los bailarines es todo un reto”.
Con un entusiasmo similar se expresa Tatiana Rodríguez, primera bailarina de BTNPR, al explicar que “éste es el tercer ballet completo que hacemos este año y eso nos llena de mucho orgullo y satisfacción”. “Primero fue La hija del Faraón, luego hicimos Sylvia, en la primavera, y ahora Corsario, del que no teníamos nada, ni en el cuerpo ni en la memoria, porque nunca se ha hecho”, señala. “El montaje de un ballet completo es siempre un gran reto. No se trata de dominar solo la técnica, sino también de meternos en la interpretación para poder contar la historia de la mejor manera posible. Mientras se va trabajando la técnica, que para este ballet es muy demandante, hay que ir construyendo los personajes para darles vida. Para mí, que apenas me convertí en bailarina principal en enero pasado, este año he tenido mucho trabajo con todos los proyectos que hemos estado abordando, aunque ya antes había tenido la oportunidad de hacer roles protagónicos, como Giselle, por ejemplo”.
Tatiana agrega que ha asumido esta responsabilidad con mucho entusiasmo y compromiso. “Es algo nuevo para la compañía y para mí, y eso siempre es un desafío, pero lo enfrento con tranquilidad porque sé que las experiencias vividas me han preparado para esto, así que me siento muy plena, con la ilusión de esta gran oportunidad, y un gran disfrute, porque sé que tengo en mí las herramientas para hacerlo como debe ser”, ilustra. “Me encuentro en un momento muy hermoso de mi carrera y creo que le he podido dar mucho de mí a este personaje, porque dentro de todas las dificultades técnicas que plantea, he sabido encontrar remansos de paz y seguridad y estoy trabajando con todo lo que he aprendido y con mucho amor”.
José -inmerso en un proceso de transición en su carrera- asevera que “uno nunca está preparado para enganchar las zapatillas”. “Yo he tratado de irme preparando poco a poco, año tras año… Cuando miro para atrás y veo el camino recorrido, me doy cuenta de que ya llevo recorrido poco más de tres cuartas partes del trayecto como bailarín”, reflexiona.
Se le humedece la mirada… se le forma un nudo en la garganta…
“Y sé que pronto vendrá ese cambio en el que tendré que asumir el rol de director artístico solamente… Hasta ahora he bailado y he dirigido y en el camino esto me ha permitido relacionarme con mis compañeros como colegas y a veces solo como director. Para mí no ha sido fácil irme preparando para esta transición, porque yo amo bailar ballet, pero obviamente todo tiene su final y ese momento ya está más cerca que lejos”.
¿Y cuáles son los mejores atributos del Balleteatro Nacional de Puerto Rico?
“La fe que desde el día uno hemos tenido todos en la compañía”, asevera José sin titubear. “Es algo tan inmenso como nuestro compromiso para luchar siempre por lo que todos queremos. Es el legado que nos han dejado todos nuestros grandes maestros. La unidad que siempre hemos tenido es también algo enorme, así como nuestra convicción de que tenemos que ofrecer al público solo lo mejor. Creo que esto ha sido lo que nos ha distinguido como compañía… es ese algo que brilla en cada una de nuestras presentaciones y que el público percibe”.
Tatiana agrega que también los caracteriza el aura de “fraternidad” que vincula a todos los miembros de la compañía. “Somos como familia y sabemos perfectamente que todo lo que hacemos no es solo por cada uno de nosotros en lo individual, sino también por los demás y porque ellos dependen de que cada cual haga lo que debe hacer”, asegura. “El trabajo de uno incide en el trabajo del otro y eso lo tenemos siempre muy presente y creo que ha sido algo clave en lo que hemos alcanzado como compañía. Es un sentido de compromiso inmenso, no solo con uno mismo, sino también por el colectivo. Creemos que nuestro trabajo incide en la sociedad, que lo que hacemos lleva belleza y virtud, algo que tanto necesita la gente”.
Para boletos puede comunicarse a la taquilla del Centro de Bellas Artes 787.620.4444 y www.cba.gobierno.pr o Ticket Center, 787.792.5000 y www.tcpr.com.