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Foto del escritorMario Alegre-Barrios

La Tte. Luslaida Barbosa dirige mañana la Banda de Conciertos del CMPR


DE GURABO A Miramar solo hay 25 millas y la distancia se cubre en no más de media hora en automóvil. Sin embargo, a la teniente Luslaida Barbosa el camino le tomó cerca de 21 años, con escalas en diversas ciudades de Estados Unidos y también al otro lado del Atlántico.

Este fin de semana a esta artista –clarinetista, directora y miembro de la Marina Naval de Estados Unidos– se le cumple una ilusión bastante añejada: subirse al podio para hacer música en la isla donde vivió su infancia y adolescencia, ante de emigrar para realizar su entrenamiento básico en el Recruit Training Command en Great Lakes, Illinois, y el curso básico en la Escuela Naval de Música en Virginia.

La teniente Barbosa dirigirá mañana –a partir de las 4 p.m.– la Banda de Conciertos del Conservatorio de Música de Puerto Rico como parte de la Serie de Conciertos en Familia, invitada por el maestro Rafael Enrique Irizarry, director titular de esta agrupación. El repertorio consta de la “Obertura Festiva, Op. 96” (1954), de Dmitri Shostakovich; “Who’s Who In Navy Blue”, de John Philip Sousa; “Bugler’s Holiday” (1954), de Leroy Anderson; “Preludio, Siciliano y Rondo, Op. 80” (1963), de Malcolm Arnold; “Esprit de Corps” (1984), de Robert Edward Jager; “American Salute” (1942), de Morton Gould; “Chorale and Shaker Dance” (1972), de John P. Zdechlik; y “Armed Forces on Parade”, de Richard Hayman.

–Nací en New Jersey, pero me crie en Puerto Rico, en Gurabo, desde que tenía un año de edad… mi papá estaba trabajando allá como cartero –dice la teniente–. Estuve aquí hasta los 18, hace ya 21 años. Empecé con la música porque mis hermanas estaban envueltas en ella. Las dos estudiaban saxofón y, cuando yo tenía diez años, el profesor Luis A. Semidey creó un programa para niños de escuela elemental, de quinto y sexto grado, y fue ahí donde comencé, al pensar que, si mis hermanas lo hacían, lo más lógico era que yo lo hiciera también, como clarinetista, aunque ya desde los seis años había comenzado a cantar en la iglesia, época para la que también me sentí atraída por la idea de ser enfermera o doctora.

Egresada de la Escuela Libre de Música de Caguas, la teniente Barbosa contempló en ese momento ingresar en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, institución para la que audicionó y fue aceptada, pero también lo hizo con la Marina Naval de EE.UU.

–Yo nunca había considerado la Marina como una opción, sino hasta el 1996, cuando una banda estacionada en Norfolk, Virginia, pasó por Puerto Rico como parte de un viaje llamado ‘Unitas’ –explica–. Julio César Ortiz, quien era el director de la Libre de Caguas, me habló de esta visita y que esa banda haría audiciones. Él sabía de mi interés por solicitar en el Conservatorio y me comentó que sería interesante que considerará el Navy como una alternativa.

La joven Luslaida fue a escuchar a la banda visitante y quedó fascinada con la experiencia. Audicionó y al tiempo la llamaron para decirle que había aceptado.

–No fue sino hasta ese momento que me enfrenté con la posibilidad real de que el Navy me interesase como una opción –comenta–. Pregunté, reflexioné sobre los pros y los contras de quedarme a estudiar en Puerto Rico o irme al Navy y finalmente tomé la decisión de marcharme, por todas las ventajas que eso representaba tanto en lo académico como en lo profesional.

Y se fue.

Luego de completar el curso básico de Música en la Escuela Naval de Música en Virginia, Luslaida se reportó a la Banda de la Séptima Flota en Yokosuka, Japón, donde se desempeñó como clarinetista y saxofonista mientras estuvo destacada en el buque insignia de esa flota, el USS Blue Ridge.

En agosto de 2000 se reportó al Navy Band Southeast en Jacksonville, Florida, y, en el 2006, regresó a la Escuela Naval de Música. Asimismo, completó cursos de liderazgo que culminaron con su destaque a la Banda de las Fuerzas Aliadas en Nápoles, Italia, dónde sería fundadora (plank owner) de la Banda de las Fuerzas Navales de los Estados Unidos en Europa. En enero de 2009 regresó a la Banda de la Séptima Flota, dónde fue ascendida al rango de Chief Musician.

Durante su último destaque en el USS Blue Ridge se le seleccionó para ser comisionada al rango de Bandmaster. En julio de 2014 se reportó al U.S. Navy Band en Washington, D.C. donde sirvió como jefa de departamento, gerente de Seguridad, oficial legal, oficial administrativo y representante de Oficial Contratante. En junio 2017 se reportó a funciones como directora del Navy Band Southeast.

Sus condecoraciones incluyen el Joint Service Commendation Medal, el Navy Commendation Medal y el Navy and Marine Corps Achievement Medal (dos menciones), unidas a su clasificación como Enlisted Surface Warfare Specialist.

La teniente Barbosa es recipiente del grado de Bachiller en Humanidades del Colegio Estatal Thomas Edison y de una Maestría en Administración de Empresas de la Universidad de Phoenix.

Y regresó.

–Esta será la primera vez que dirijo en Puerto Rico –reitera–. Desde que entré al Navy en 1996 mi sueño siempre había sido regresar a Puerto Rico como músico, de alguna manera. Jamás pensé que iba a ser dirigiendo una agrupación tan excelente y prestigiosa como la Banda de Conciertos del Conservatorio de Música de Puerto Rico.

Se emociona, se le humedece la mirada y la voz se le quiebra un poco.

–Ahora estoy estacionada en Jacksonville e iba a venir con un conjunto de metales, pero pasó María y tuvimos que cancelar. El profesor Irizarry me llamo hace como tres semanas y media y me dijo que estaba planificando hacer un concierto en honor de las fuerzas armadas que están ayudando a la Isla en todos los ‘relief efforts’ luego del huracán. Me preguntó si me gustaría dirigirlo. ¡Imagínate! Sería tremendo, le dije y le pedí que me dejara ver cómo lo podía acomodar en mi agenda. Afortunadamente fue posible y aquí estoy, con una ilusión inmensa por este gran honor.

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