¿QUÉ RELACIÓN tiene un bosque de pterocarpus en el que caben todos los años del mundo, con una orquesta sinfónica joven y excepcional fundada hace poco más de seis décadas y con el fondo de pensiones de estos artistas? ¿Qué tiene que ver un programa con obras de Sibelius, Mendelssohn y Tchaikovsky con la conservación de un ecosistema en el que habitan 44 especies de flora y 52 de fauna?
La costura que hilvana estas instituciones y proyectos es la convicción, la voluntad y la unidad de propósito que –convertidos en adhesivos de la alianza– hace que cosas en apariencia casi imposibles, sucedan, como ocurrirá este sábado por tercer año consecutivo en el concierto Grandes Melodías de Amor, con la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico –bajo la batuta de su director asociado, el maestro Rafael Enrique Irizarry– en un programa que comenzará a las 7 p.m. en el Centro de Bellas Artes de Humacao, a beneficio del proyecto de conservación del Bosque de Pterocarpus, de Palmas del Mar, y del Plan de Retiros de los maestros de la OSPR.
La oferta se iniciará con Finlandia, de Jan Sibelius y continuará con el Concierto para violín y orquesta en mi menor, Opus 64, de Félix Mendelssohn, con el maestro Omar Velázquez como solistas. Luego del intermedio se interpretará la quinta de las sinfonías, de Piotr Illich Tchaikovsky. Como cierre –y en tributo al recientemente fenecido maestro Miguel Peña Plaza– la OSPR tocará Tres ritmos de bomba, de la autoría de su hermano, el fenecido maestro don Ángel "Lito" Peña.
El Bosque de Pterocarpus de Palmas del Mar –al cuidado desde el año 2010 de la Asociación de Propietarios de este complejo residencial, con Antonio Maldonado como su director ejecutivo y la licenciada Rita Molinelli como su presidenta– es una reserva forestal de poco más de medio centenar de acres que fue devastada por los huracanes "Hugo" –en 1989– y "Georges" –en 1998. Revitalizado luego del primero de ellos, luego del segundo fue abandonado por completo durante doce años, hasta que su titularidad pasó a la Asociación, que a su vez creo una servidumbre a beneficio del Fideicomiso de Conservación para que su propósito de preservación ecológica nunca se desvirtúe.
-En el 2010 asumimos la titularidad de esta reserva forestal que es una joya –dice Tony Maldonado-. Cuando nos hicimos cargo era un desastre y restaurarla requirió de un esfuerzo titánico. A partir del abandono luego de "Georges", los bejucos leñosos cubrieron el bosque por completo y tardamos cerca de tres años en limpiarlo. El cambio ha sido maravilloso gracias en gran medida al trabajo y al apoyo de la comunidad de Palmas del Mar y a los Amigos del Bosque de Pterocarpus, así como del Servicio Forestal de Estados Unidos. Se construyó un nuevo paseo tablado en fiber glass y aluminio y se hizo una reforestación de seis cuerdas a la entrada del bosque con la siembra de 600 arboles endémicos.
Tony añade que el bosque está abierto gratuitamente para todo el público toda la semana durante el día.
–Tenemos una torre de observación de aves y un gazebo como centro de reunión e información –explica–. En este esfuerzo colaborativo también participa la Universidad del Turabo, que utiliza el bosque como un laboratorio para diversos proyectos de investigación. En realidad, además de un lugar paz y solaz, este bosque es un laboratorio viviente para la comunidad científica, los estudiantes y el público en general.
–Se ha trabajado también con la contaminación lumínica para preservar las zonas de anidaje de las tortugas, un recurso que con la erosión en las playas ha disminuido dramáticamente –señala la licenciada Molinelli.
Respecto al concierto de este sábado, Tony apunta que hace cuatro años lograron un acuerdo de colaboración con la OSPR y que en el 2015 se llevó a cabo el primer concierto de esta serie.
–Hace cuatro años logramos con un acuerdo d colaboración con la Orquesta Sinfónica de Puerto Roco –explica Tony–. Ellos deben recaudar fondos para el plan de pensiones de sus músicos, y nosotro les auspiciamos su torneo de golf anual para levantar recursos. A su vez la Sinfónica nos dan un concierto al año para obtener fondos la conservación del Bosque, con un porcentaje de esos ingresos para para el plan de pensiones de los músicos. De esta manera nos ayudamos mutuamente.
–Este es el tercer concierto y los dos anteriores han sido todo un éxito –asevera la licenciada Molinelli–. Le gente pensaba que no se iban a poder vender tickets para un concierto de música clásica y hemos demostrado que es posible. La sala del Centro de Bellas Artes de Humacao tiene capacidad para 980 espectadores y su acústica es extraordinaria… a los músicos les encanta. El maestro Irizarry ha sido del director en los dos conciertos anteriores y para nosotros ha sido un inmenso privilegio trabajar todo esto con él. Su gestión ha sido vital para el éxito de este proyecto, así como de Esther Almodóvar, propietaria en Palmas y cuya ayuda para este concierto también ha sido enorme.
Los boletos para este concierto están a la venta en www.ticketpop.com.
Con el maestro Irizarry
–Esta es una magnífica oportunidad para que la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico se posicione en un lugar fuera de la zona metropolitana –dice el maestro Irizarry–. Estamos colaborando con un proyecto que, aunque no es musical, si incide en la calidad de vida de la comunidad, en este caso la preservación de una reserva ecológica como este maravilloso bosque en Palmas del Mar.
Durante los primeros dos años –explica– la selección de los repertorios fue colaborativa, pero en esta ocasión le informaron que la licenciada Molinelli “tenía unas sugerencias”.
-Recibí eso: Finalandia, de Sibelius; el concierto de Mendelssohn y la quinta sinfonía de Tchaikovsky –comenta con una amplia sonrisa–. Solo pude responder que sí, que cómo no, que nos pondríamos a trabajar, claro, primero con la aprobación del maestro Valdés, el director titular, que lo recibió muy bien. Este es un programa de sala de conciertos en cualquier parte del mundo.
El maestro Irizarry comenta que su devoción por la quinta de las sinfonías de Tchaikovsky antecede su ingreso a la Orquesta Sinfónica, siendo aún muy joven.
–La escuché en una grabación con la Orquesta de Cleveland, dirigida por el maestro George Szell –evoca–. Y lo primero que recuerdo haber pensado con un asombro inmenso fue “¡Cómo pueden tocar eso!”. Empiezan también los primeros síntomas de mi inclinación por la batuta y poco después la revelación con la primera de dos versiones de esa obra con el maestro Solti y la Sinfónica de Chicago… Y años después, ya como director asociado de la Sinfónica, jamás imaginé que iba a dirigirla, porque ésta es una obra de directores titulares y eso lo tengo muy claro. Así es que esto es un regalo inmenso para mí.
Asimismo, el maestro Irizarry agrega que durante los últimos años la OSPR “ha estado expuesta de manera muy enriquecedora a esta obra” y que, gracias a la nueva sangre que ha entrado a la Sinfónica “la orquesta está más dúctil para buscar otras posibilidades con la obra, proceso que ha sido muy rico y por el que estoy inmensamente agradecido a los profesores de la orquesta”.
Respecto a la obra con la que finalizará el programa, el maestro Irizarry señala que, poco ante de perder el conocimiento, el maestro Miguel Peña le dejó un mensaje: que en su memoria se tocara la pieza Tres ritmos de bomba, de la autoría de su hermano, el fenecido maestro don Lito Peña.
Foto superior: El maestro Rafael Enrique Irizarry dirige el ensayo del pasado miércoles con la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico.
Foto intermedia: Esther Almodóvar, la licenciada Rita Molinelli y el señor Antonio Maldonado.